Miercoles, 01 febrero 2023
La ocupación merma en la temporada de verano y los hostels subsisten gracias al movimiento de grupos de amigos y extranjeros que eligen pasear en Rosario.
Enero llegó a su fin. Se fue el primer mes del año y mientras algunos vacacionan en la Costa Atlántica, las sierras de Córdoba o el sur del país, son muchos los que eligen visitar la ciudad de Rosario. Los grupos de amigos y los extranjeros que viajan solos son el público más frecuente de los hostels, que sobreviven a la temporada baja de su rubro gracias a la ocupación plena de los fines de semana.
La temporada alta de los hostels es de marzo a diciembre. El verano resulta muchas veces impredecible. El año pasado, con ayuda del PreViaje, los números fueron bastante buenos. Este año cayeron un poco, pero les alcanza para subsistir en un mes tan complejo como enero.
Sebastián Fleire, titular de Real Ros Hostel y miembro de la cámara que nuclea a los hostels de la ciudad, explicó a La Capital que “el trabajo fuerte se da los fines de semana con gente de cercanía”. Chicos y chicas de Buenos Aires, Paraná, Santa Fe y Córdoba eligen venir a Rosario a pasar uno o dos días tentados principalmente por las islas, los parques, las ferias y la movida en Pichincha.
También llegan algunas parejas y familias, pero son los casos menos frecuentes. Además, muchas personas que van o vuelven de sus vacaciones pasan la noche en la ciudad y después siguen viaje. Fleire señaló que “obviamente les ofrecen que se queden en Rosario por la cantidad de atracciones que hay” y que la mayoría se va con la promesa de volver.
Leo, dueño de Hostel Point, aseguró que la demanda de habitaciones bajó mucho en comparación con el año pasado. Cree que la merma tiene que ver con los recortes en el programa PreViaje. Este año la ocupación en su hostel, ubicado en Pichincha, ronda entre el 50% y el 60%.
Coincide con que los fines de semana son el punto fuerte y resalta que, además de los turistas de cercanía, también se hospedan bastantes extranjeros. Visitan la ciudad personas no solo de los países limítrofes sino también muchos europeos. El precio del dólar favorece su llegada.
Sobre el fenómeno estacional, el dueño de Hostel Point se sinceró: “El verano es una lotería”. “Hemos tenido las mejores ocupaciones un enero y al otro año fue un desastre. No hay un parámetro”, agregó.
Además, sostuvo que la inseguridad y la escalda de violencia influyen en los turistas a la hora de visitar la ciudad. “La gente viene preocupada y se va diciendo que no es para tanto. Las cosas pasan pero no en las zonas que visitan los turistas”, analizó.
El panorama en Llanura Hostel es similar. Todas las fichas están puestas en los sábados, domingos y feriados y los evelos ntos masivos suelen dar una mano. Por ejemplo, el recital de Catriel y Paco Amoroso el sábado pasado en el Hipódromo de Rosario movió los hostels de la ciudad. “Levanta en febrero con carnaval y de a poco se va acomodando”, expuso Gustavo, su dueño, a este medio. Su público no es tanto de jóvenes sino de familias. Este enero recibieron pasajeros de Baradero, Venado Tuerto y otras localidades cercanas.
Como suele suceder, hay una excepción a la regla. Mario, del hostel La Comunidad, dijo a La Capital que notó un incrementó del 50% en la demanda de habitaciones comparado al año pasado y destaca que enero fue un buen mes comparado con el año pasado.
Sí concuerda con sus colegas con que los fines de semana son el punto fuerte del rubro durante el verano y que la llegada de extranjeros y parejas y familias de ciudades santafesinas o de otras provincias es clave.
Aunque el movimiento de turistas que visitan Rosario este verano es bueno, no es la mejor época para los hostels. Mientras tanto, aprovechan la ocupación plena de los sábados, domingos y feriados para subsistir su temporada baja y llegar a marzo.

