Domingo, 5 de enero de 2025
Escasez de políticos en Uruguay, fiestas empresariales y el nuevo parador de la rosca en Pinamar. ¿Un empresario top desembarca en la Patagonia? El consejero de moda, el triunfo del jefe de la AFA y sus implicancias políticas. La reunión por las SAD sin publicidad
Poquísima política, otra vez, en las playas del este uruguayo, un destino siempre atractivo para el establishment que fatiga la primera quincena, e incómodo para la dirigencia local, que se perdió del dólar barato para evitar quedar encasillados en el mote de “casta”, un acierto publicitario de Javier Milei y sus estrategas. Ya había sido desaconsejado años atrás por el PRO, más aún en la previa de los años electorales, en los que se recomienda descansar dentro del país. Vedado ahora para los funcionarios de La Libertad Avanza -hubo quienes cancelaron pasajes-, poco redituable entonces para el macrismo y prohibido desde siempre para el peronismo K, los únicos que se animaron lo hicieron lo más desapercibido posible, en sus circuitos de siempre. Pero el empresariado, parte del Poder Judicial, la farándula y el jet set local sí recibió el 2025 en Punta del Este, un clásico de todos los fines de año, transversal a cualquier gobierno, que colapsó de tránsito las calles. Hubo festejos variados. Un empresario farmacéutico agasajó a parte del círculo rojo en su casona, el energético Alejandro Macfarlane hizo lo propio, también Amalia Amoedo, nieta de “Amalita” Fortabat, que ya hizo costumbre ser anfitriona en el este de Uruguay para celebrar su cumpleaños y la llegada del nuevo año.
No se lo vio en esta oportunidad a Alejandro Oxenford, un habitué, que espera en Estados Unidos por el plácet para su designación oficial como embajador en ese país. Tampoco, como se dijo, a altos representantes de la política, que optaron por la Patagonia o la costa argentina, eso sí, con perfil bajo y con poquísimas excepciones como Manuel Adorni o Patricia Bullrich, autorizados a volar hacia Canadá o los parques de diversiones de Orlando, respectivamente, por el privilegio de pertenecer. Mala suerte para Yanina Martínez, ya ex subsecretaria de Turismo, que viajó a Londres y le avisaron que no apure su vuelta porque el Presidente había ordenado desplazarla. Amargo fin de año para ella, que sobrevivió un año en la actual gestión por el un vínculo estrecho que trabó con Daniel Scioli después de la relación aún más cercana que había generado con Alberto Fernández durante la administración del Frente de Todos.
Triste comienzo del 2025 también para el ex presidente, denunciado por violencia de género, envuelto en nuevas filtraciones e idas y vueltas por la custodia de Fabiola Yáñez -en las últimas horas su defensa presentó un escrito de renuncia en la fiscalía de Ramiro González-, que acumula cinco meses de encierro en el departamento que su amigo Enrique “Pepe” Albistur -veraneante fijo de Cariló, el hombre de los pochoclos- le presta en la torre de River View, en Puerto Madero. Le insistieron a Fernández para salir a despejarse, le ofrecieron pasar el verano en una quinta cercana, pero no quiere saber nada. Ni siquiera saca a pasear a su perro Dylan, y le prohibió a la mayoría de sus conocidos que lo visiten.
De la Patagonia a Pinamar. El que sí disfruta a pleno la temporada es Mauricio Macri, propietario ilustre de Cumelén, en Villa La Angostura, su base de operaciones de verano en las que combina trabajo, descanso y deportes. Se pasea entre las canchas de pádel techadas, construidas hace algunos años, y la cancha de golf que recorre con un moderno carro individual. El ex presidente prolonga su estadía, no tiene apuro, a diferencia de Luis “Toto” Caputo, que tenía boleto de vuelta para estos días. El ministro se movió en estas fiestas en cuatriciclo para trasladarse desde su casa hasta la playa del barrio privado. Aún no lo vio a otro Caputo, Santiago, que suele hospedarse en lo de su amiga María Ibarzabal Murphy, su asesora legal. Sí Nicolás, “Nicky”, otro dueño de lujo de lugar.
De todos modos, el rumor más comentado en el selecto country patagónico entre los propietarios es la compra que concretó recientemente por varios millones de dólares uno de los empresarios más ricos e influyentes de la Argentina, muy compenetrado con el gobierno, que pasa pocos días en el país.
En la Costa argentina, más precisamente en Pinamar, el balneario estrella de la política nacional de las últimas décadas, que brilló por su ostentación bajo la gestión del fallecido Blas Altieri, ya dejó de tener en CR a su parador insignia, que albergó en estos años a buena parte de la dirigencia. CR, que fue sinónimo de poder y de rosca hasta no hace tanto, cedió su lugar a Casa Mar, nuevo punto de encuentro. Hubo celebración de fin de año y show de Los Totora en la noche del jueves.
Desconocido en general, uno de los rostros visibles vinculados a Casa Mar es Rodrigo Morán, un ex legislador porteño que asumió a mediados del 2021 por un reemplazo, que fue delfín del fallecido Gerónimo “Momo” Venegas en el Partido Fe y que está relacionado con el negocio de la obra pública y los seguros, con buenos nexos con el macrismo. Hábil, dicen, para las relaciones humanas.
Verano caliente. Si de habilidades se trata, el regreso de Claudio Tapia al CEAMSE merece una distinción extra porque el jefe de la AFA tardó solo dos meses para volver al ente que se encarga del tratamiento de los residuos sólidos en el Área Metropolitana. Cuando, apuntalado por su primo, Jorge Macri resolvió correrlo de la vicepresidencia del directorio, “Chiqui” juró volver, y organizó un operativo retorno, esta vez como presidente, que tuvo en Jorge Ferraresi a un protagonista clave: el intendente de Avellaneda limó viejas asperezas con Tapia y ofició de nexo con Axel Kicillof, que envió el jueves, a la reunión de directorio que selló la vuelta del presidente del fútbol argentino, a Carlos Bianco, su mano derecha, como para dejar en claro la mano del gobernador en el recambio de autoridades del organismo.
Dentro del CEAMSE juran que el jefe de la AFA no quiere, al menos ahora, vengarse de los Macri. “Vino a gestionar. Su triunfo es haber vuelto”, explicó uno de los funcionarios que participó de la reunión del jueves.
Para Kicillof también es un triunfo, en particular por su pelea con el cristinismo, que siempre tuvo una relación especial con el presidente de Barracas Central, alimentada por el sponsoreo de la petrolera estatal durante la gestión La Cámpora. En tiempos turbulentos, en medio de la durísima y fallida negociación en torno al presupuesto 2025 que, más que por la oposición, fracasó, en buena medida, por la disputa interminable entre la administración bonaerense y el camporismo.
Existe un grupo de intendentes que espera una señal de Kicillof para salir a dar pelea. El mensajero entre el gobernador y ellos es Ferraresi, que ya resolvió que está dispuesto a disputar, de ser necesario, con Cristina y Máximo Kirchner la elección peronista de este año. “Jorge va en quinta, no tiene marcha atrás”, resaltaron. Tributan en ese sector colegas como Fernando Gray, Mario Secco, Gustavo Barrera y Julio Zamora, y el ex intendente Juan Zabaleta, que sí quiere venganza en Hurlingham tras el triunfo del camporista Damián Selci en el 2023. Promete ser, explicaron, una batalla complicada. “Quiero ser el Milei del peronismo: campaña agresiva, a fondo”, dijeron cerca del ex jefe comunal.
Pero si de combates electorales se trata, el de la capital federal pronostica heridos entre el PRO y LLA tras la decisión del jefe de Gobierno de desdoblar el calendario, una definición que incluyó la asesoría, como reveló este medio el fin de semana, del metódico y estudioso catalán Antoni Gutiérrez-Rubí, cuyos requeridos servicios provocaron este fin de año un cimbronazo en la política porteña. Hubo una serie de inquietudes en el peronismo y en el radicalismo de la Ciudad. Sonaron además algunos teléfonos en el equipo de Horacio Rodríguez Larreta.
Sin foto. De vuelta en el fútbol, en los entretelones del futuro de los clubes y la AFA, también sucedió una reunión que se celebró hace poco más de un mes, que no se publicitó y que, según el registro de audiencias oficiales, tuvo lugar a las 12 del mediodía del viernes 29 de noviembre del 2024. En Casa Rosada, Milei recibió a Javier Tebas, presidente de La Liga española, que llegó al despacho presidencial junto a la diputada libertaria Juliana Santillán, el abogado Juan Cruz Martínez y el empresario Guillermo Tifoni, que auspicia el desembarco de las SAD en el país.
Fue la continuación del encuentro que Tebas había mantenido antes en las oficinas del empresario en Puerto Madero en compañía de Federico Stuzenegger y de Scioli, duró unos 45 minutos y Tebas, trascendió, fue durísimo con Tapia. No hubo comunicados oficiales ni espacio en la agenda presidencial, tal vez porque dos semanas después Karina Milei viajó a Asunción, Paraguay, para fotografiarse con el jefe de la AFA en el marco de la confirmación de Argentina como sede del mundial 2030. “Hay más conversaciones entre el Gobierno y la AFA, se bajaron los decibeles de ambos lados”, remarcó una alta fuente del fútbol.