Miercoles, 16 agosto 2023
La economía del gigante asiático se enfría, tiene menos exportaciones y aumenta la burbuja inmobiliaria. Estados Unidos hizo una fuerte advertencia por esta situación.
Muchos críticos apuntan contra las políticas económicas implementadas por Xi Jinping en China.
Las alarmas se encendieron en la última semana por el desarrollo de la economía de China. A la deflación interanual de 0,3% registrada en julio se le sumó la fuerte caída de las acciones del gigante inmobiliario Country Garden y el enfriamiento de uno de los principales motores del crecimiento del gigante asiático.
En este contexto, China reconoció este miércoles que la recuperación económica después de la pandemia será “tortuosa”, pero aseguró que las críticas de medios y de políticos occidentales son exageradas y que el tiempo va a demostrar que “están equivocados”.
Un portavoz del gobierno chino emitió estas declaraciones después de que una serie de indicadores publicados recientemente atizaran los temores sobre la recuperación de la economía china y que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmara que los crecientes problemas del país constituyen una “bomba de tiempo”.
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“La recuperación económica china va a registrar olas y será un proceso tortuoso que inevitablemente va a enfrentar dificultades y problemas”, declaró este miércoles Wang Wenbin, un portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores de China.
“Algunos políticos y medios de comunicación occidentales han exagerado los problemas periódicos del proceso de recuperación posterior a la pandemia, pero con el tiempo se va a demostrar que están equivocados”, agregó.
Los indicadores que más preocupan
Los últimos indicadores publicados indican que China puede tener dificultades para alcanzar su objetivo de crecimiento de un 5% este año, ya que la expansión entre el primer y el segundo trimestre fue de un 0,8%.
Otros indicadores como las ventas minoristas también mostraron signos de debilidad y el desempleo en el tramo de entre 16 y 24 años tocó un récord de 20%.
Hace pocos días, el propio mandatario norteamericano advirtió que China constituye “una bomba de tiempo” debido al posible colapso económico del gigante asiático.
Sus declaraciones se suman a una serie de imposiciones que Estados Unidos ejecutó y que dificultan la inversión de chinos en suelo estadounidense y viceversa.