Esta escalera ubicada en la planta baja permitirá conectar con un espacio en el subsuelo donde funcionará un restaurant que tendrá hasta una cava
La visión desde la planta baja hacia el subsuelo donde funcionará un restaurante
El edificio abarca 13.000 metros cuadrados y en todas sus aristas está presente el vidrio. Comenzó a construirse en 2020, en plena pandemia, y actualmente se ultiman detalles de decoración.
La gran particularidad que lo hace único en Buenos Aires es su estructura vidriada y curva, que se destaca por no tener paredes ni columnas. “El desafío fue que los vidrios resistan la presión del viento. Lo resolvimos con lo que se llama costilla de vidrio de hasta 95 mm de espesor de vidrio laminado sólido. Es una obra maestra”, detalla Miedvietzky. Una decisión importante fue modificar la estructura de losas para aceptar la tolerancia de no más de 5 mm en el vidrio. Así, la estructura central se resolvió con hormigón y en el resto se empleó estructura metálica para lograr un montaje perfecto, sin desfasajes. “Lo paradójico de las construcciones más sencillas y minimalistas es que los detalles resultan más complejos de resolver”, reflexiona.
Otro punto clave de la construcción son las estructuras metálicas que permitieron prescindir de columnas. De este modo, al recorrer los pisos no se ven pilares de cemento que obstruyan la vista. “Los entrepisos, por ejemplo, están colgados de los superiores”, resume el constructor.
El hormigón visto es otro de los detalles: su visual y textura son perfectas, con la particularidad de que no fue tratado.
Además, la escalera “de emergencia” —con fachada de vidrios trapezoidales, casi todos diferentes, conectan con el exterior— se construyó con una estructura metálica y tramos premoldeados de hormigón, fabricados y transportados de modo que los escalones no tienen uniones. Se armó con una secuencia de montaje de metal y hormigón hasta completar todos los pisos, y para el cierre del detalle, las barandas llevan iluminación integrada.
Desde el exterior se pueden visualizar las escaleras de emergencia, claves en el diseño. De noche, se iluminan gracias a las luces led de las barandas.Alejandro Guyot
La vista interior de las escalerasAlejandro Guyot
Para lograr su fachada —sin frente, porque todas las caras son iguales— se instalaron 240 paneles de vidrio, de 12 metros cuadrados cada uno, importados de Alemania. “Conversamos con los tres fabricantes más grandes del mundo y finalmente elegimos uno alemán. Antes hicimos una preingeniería con nuestro departamento técnico, liderado por Gerardo Martín, experto que ha dirigido obras en el Faena, Teatro Colón y Torre Repsol”, recuerda el ingeniero industrial que también estudio Management en Harvard Business School y Desarrollos en Harvard Graduate Schoolf of Design.
La fachada es totalmente vidriada en todas sus aristasAlejandro Guyot
La torre es el primer y único edificio del mundo que se construyó bajo el mismo concepto que el famoso cubo vidriado de Apple en Nueva York. De hecho, los paneles se adquirieron a Sedak, el mismo proveedor que fabricó el icónico local de la manzanita en la Quinta Avenida.
La terraza también tiene vidrios de siete metros de alturaAlejandro Guyot
¿Cuándo se compraron los vidrios? Casi insólito: antes de iniciar la obra. “No podíamos equivocarnos porque el vidrio no permitía ajustes. Estoy convencido de que este material está cambiando la forma de construir”, dice Miedvietzky.
El constructor también recuerda que la colocación de las estructuras de vidrio fue otro desafío: se izaron con grúas equipadas con una especie de “araña” de ventosas que las sujetaba. “Fue impactante verlo; la gente y los autos que pasaban por la Avenida del Libertador se detenían a observar”, comenta el empresario, quien se especializa en proyectos únicos.
Las vistas desde los interiores de los pisosAlejandro Guyot
Actualmente, a través de Amarilla —empresa enfocada en edificios icónicos y casas de lujo—, Miedvietzky lleva adelante varias construcciones en Argentina, con propiedades que superan los US$45 millones. “La gente cree que la construcción es un commodity, pero es un acto de amor”, concluye, emocionado de saber que en pocas semanas verá finalizada una de sus obras favoritas.Ezequiel Miedvietzky, de Amarilla, la empresa que desarrolló y construyó la torre asegura que «el vidrio cambiará la forma de construir en el mundo»