Domingo, 20 noviembre 2022
El jefe de los inspectores nucleares de la ONU, el argentino Rafael Grossi, calificó el hecho de «extremadamente preocupante» mientras Rusia y Ucrania se acusan mutuamente de los ataques.
Bombardeos «potentes» alcanzaron este domingo nuevamente una central nuclear del sur de Ucrania controlada por el Ejército ruso, informó el jefe de los inspectores nucleares de la ONU, el argentino Rafael Grossi, que calificó el hecho de «extremadamente preocupante».
Rusia y Ucrania se acusaron otra vez del ataque en la planta nuclear de Zaporiyia, que Grossi describió en un comunicado como «completamente inaceptable».
«Esta noticia es extremadamente preocupante; se produjeron potentes explosiones en el sitio de esta importante central nuclear, lo que es completamente inaceptable», dijo Grossi, director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Horas después, Grossi dijo a la televisora francesa BFMTV que la central de Zaporiyia había sido objeto de “una buena docena de ataques”, a su juicio “absolutamente deliberados y selectivos”, aunque declinó atribuir la responsabilidad a las tropas rusas o ucranianas.
El diplomático se manifestó indignado por el hecho de que algunos “consideren que una central nuclear es un objetivo militar legítimo” y consideró que los ataques constituyen una situación “extremadamente grave”.
“La planta está en primera línea, hay actividades militares que son muy difíciles de identificar, hay tropas rusas y ucranianas operando; hay que detener esta locura”, agregó, según la agencia de noticias AFP.
Grossi dijo varias veces que las hostilidades militares entre Rusia y Ucrania en torno a la central de Zaporiyia podrían causar una fuga radiactiva que provoque un «desastre nuclear» de «consecuencias potencialmente catastróficas».
Grossi dijo varias veces que las hostilidades militares entre Rusia y Ucrania en torno a la central de Zaporiyia podrían causar una fuga radiactiva que provoque un «desastre nuclear» de «consecuencias potencialmente catastróficas»
El Ejército ruso tomó control del enorme complejo de la central nuclear -que es la más grande de toda Europa- en marzo pasado, luego de haber invadido Ucrania a fines de febrero.
Desde julio, Rusia denuncia que las fuerzas ucranianas bombardean la central. Ucrania respondió siempre que son las fuerzas rusas la que atacan la planta que ellas controlan.
Rusia fue la primera en denunciar los más recientes bombardeos, y dijo que, pese a ellos, el nivel de radiación seguía siendo normal.
En un comunicado, el Ejército ruso afirmó que las fuerzas ucranianas dispararon más de 20 «proyectiles de gran calibre» contra la planta, ubicada en la provincia ucraniana de Zaporiyia.
Los proyectiles explotaron entre los bloques energéticos número 4 y 5 y alcanzaron el techo de un «edificio especial» situado cerca de estos bloques, agregó la nota.
A pesar de los bombardeos, «el nivel de radiación en la zona de la central sigue estando conforme a la norma», prosiguió el comunicado.
El Ejército ruso agregó que Ucrania «no detiene sus provocaciones destinadas a crear una amenaza de una catástrofe provocada por el hombre en la planta nuclear de Zaporiyia».
El organismo nuclear ucraniano Energoatom culpó a Rusia de los ataques.
«Esta mañana del 20 de noviembre de 2022, como resultado de numerosos bombardeos rusos, se registraron al menos 12 impactos contra el territorio de la central nuclear de Zaporiyia», aseguró Energoatom en un comunicado.
El organismo acusó a Rusia de «poner en peligro a todo el mundo una vez más».