Lunes, 02 setiembre 2024
Tras la rebaja del tributo, el Gobierno evalúa cómo sigue el escenario económico, buscando reducir la inflación. La clave para por el proyecto de Ley de Presupuesto 2025 y el costo fiscal de la medida
Comienza hoy formalmente la apuesta más importante en la era Javier Milei para mejorar la competitividad del país ante el mundo, sin devaluar. Ya rige la reducción del 17,5 al 7,5% del Impuesto para una Argentina Inclusiva y Solidaria (PAIS), la contracción impositiva más fuerte que haya tomado el sistema tributario argentino en décadas.
Es la promesa más sonora del Gobierno en este sentido. Más, teniendo en cuenta que en lo que va del 2024 se trató de un recurso fiscal ampliamente exitoso en lo recaudatorio, ya que se movió con un ritmo de crecimiento superior al 900% anual.
Sin embargo, como se sabe, la contracción se aplicará de manera restrictiva, ya que sólo regirá para la importación de bienes y para el pago de fletes del exterior hacia Argentina. Quedan fuera y deberán continuar pagando la alícuota del 17,5% las importaciones de servicios, incluyendo los profesionales, seguros y, por ejemplo, las aplicaciones del tipo Netflix o Spotify.
También continuará pagándose la alícuota más alta para las operaciones de compras con tarjeta de crédito y débito y las transferencias financieras al exterior, que además continuarán abonando la totalidad del script impositivo que aplica hoy la AFIP.
En estos casos, el dólar a calcular será, al cierre del viernes, de 1.555 pesos; el más alto del mercado. Está claro que para el Gobierno, es imposible en términos recaudatorios cerrar esta última canilla. Por un lado, por lo que representa en términos recaudatorios, en tiempos en los que parte del andamiaje fiscal de la gestión Javier Milei– Luis “Toto” Caputo se encuentra atada al resultado del sector externo, incluyendo el Impuesto PAIS y el esquema de retenciones.
Por el otro, por un segundo proceso algo peligroso que se viene observando en la economía: el incremento de la salida de turistas locales al exterior, que utilizan los medios oficiales de pago, incluyendo tarjetas de crédito y débito, y que se computan como una salida de divisas del Banco Central. Por esta vía, en julio (último mes disponible), la merma de divisas superó los 550 millones de dólares, cuando en el primer trimestre del año el promedio no superaba los 200 millones mensuales.
El esquema de una reducción gradual y dividida por actividades continuará hasta el 22 de diciembre, cuando vence la vigencia legal del tributo. En estos días se está decidiendo dentro del Ministerio de Economía el futuro del Impuesto PAIS para el 2025. La novedad quedará plasmada en el proyecto de ley de Presupuesto para el próximo ejercicio, que antes del 15 de septiembre el Palacio de Hacienda debe enviar al Congreso.
Se especula con una cierta continuidad del impuesto, pero con una tendencia gradual a la reducción durante todo el 2025. Sabe Caputo que es un tributo que tiene “enamorado” al Fondo Monetario Internacional (FMI) por su efectividad recaudatoria y su aporte al freno de licuación de divisas del BCRA.
Sin embargo, confía en poder mostrar el próximo año su reducción ante el público, durante un 2025 que, entre otras cuestiones, es electoral. Consideran además el presidente y su ministro, que eliminar el impuesto, al menos para el pago de servicios provenientes del exterior, es un aporte extra a la mejora de la competitividad del comercio exterior. Sin devaluar.
Todo dependerá del resultado fiscal final que provoque la reducción aplicada desde este mes. Según el último informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), si el Gobierno no hubiera modificado la alícuota y mantenido el impuesto al 17,5%, la recaudación en 2024 alcanzaría el 1,13% del PIB. Esto superaría el superávit fiscal anualizado, que se basa en la ejecución presupuestaria de los primeros siete meses del año, y es del 0,9% del PIB.
Siguiendo esta línea, el instituto que dirige el economista Nadín Argañaraz, menciona que la rebaja de la alícuota del impuesto del 17,5% al 7,5%, implicaría una pérdida de ingresos por 0,13% a 0,18% del PIB en los últimos cuatro meses del año, lo que representa entre el 14% y el 20% del superávit fiscal anualizado a valores de julio.
La proyección para el 2025 con el mismo esquema (manteniendo en el próximo ejercicio el impuesto tal cual queda establecido desde hoy, la recaudación potencial que quedaría, luego de la rebaja, para 2025 sería del orden de 0,76% del PBI. En términos dolarizados, este año se perderían entre septiembre y octubre unos 500 millones de dólares, mientras que en el próximo ejercicio, el cálculo llegaría a los 3.800 millones de dólares.
En ambos casos, una cifra lo suficientemente alta como para encontrar una vía alternativa de financiamiento. En el 2024 esa fuente será el incremento en el mínimo no imponible de ganancias para los trabajadores en relación de dependencia, movimiento aprobado en la ley Bases II.
En estos días casi 800.000 trabajadores están viendo como sus salarios se reducen por este incremento. Si el resultado entre lo recaudado por Ganancias y la reducción del PAIS se equilibra, el esquema se podría mantener en el 2025. Si Ganancias supera en recaudación incrementada al PAIS, se podrá pensar en reducciones extras. Pero si Ganancias recauda en lo que resta del año una suba menor que esos 500 millones de dólares, tendrá Caputo que analizar alternativas para cubrir ese bache fiscal.
Algunos analistas consideran este razonamiento erróneo, ya que no calcula el incremento que puede haber en el consumo general por una potencial rebaja de productos importados o que son producidos localmente con insumos provenientes del exterior. En este caso, la mejora se debería observan en la recaudación del IVA entre noviembre y diciembre.
Un dato extra que aporta el informe del IARAF, es que si se cumpliera con la no renovación de Impuesto PAIS cuando venza a fin de año, este impuesto habrá aportado, durante su vigencia, recursos por 2,95% del PBI. En dólares oficiales, el Impuesto PAIS finalizará su vida habiendo aportado US$ 17.000 millones