Miercoles, 26 octubre 2022
Luego de revisar las instalaciones de un supermercado, los técnicos descubrieron el origen verdadero de la falla.
Un gato provocó un apagón en gran parte de Rawson, Chubut, el lunes después de las 22 horas. Ocurrió en una zona céntrica de la ciudad; el animal generó daños en una subestación cerca de un supermercado, entre las calles Conesa y San Martín.
A pesar de sospechar que se habían robado los cables, la Cooperativa Eléctrica determinó que la falla había sido producida por el gato, pero se desconoce cuán afectado quedó o si murió. Luego de permanecer a oscuras durante horas, el problema fue solucionado.
Los robos de cables se han incrementado en la ciudad y cada vez más barrios se quedan sin electricidad -según informan medios locales- pero esta nueva falla sorprendió a los técnicos cuando descubrieron la causa.
En abril, otra ciudad de Chubut sufrió un apagón por intervención de un felino. En Puerto Madryn, las zonas norte y sur se quedaron sin electricidad durante una hora y media porque un gato produjo una falla en la Estación Derbes.
“La causa de la salida de Celda N ° 3, fue una falla en la Estación de Sub-Transmisión Derbes, producto del ingreso de un gato a las instalaciones, que provocó que se activaran los mecanismos de protección”, fue el mensaje emitido por la estación en ese momento. El servicio fue restablecido momentos después de que los técnicos acudieran.
Un gato quedó atrapado en la pared del baño en España
Una prueba más de las ocurrencias de los gatos se volvió viral desde España. En Madrid, el gato de Ana, una usuaria de Twitter (@patatilla), quedó emparedado en su baño y compartió su historia en Twitter.
“Son las 2 de la mañana y yo me meto en la cama después de haber reventado el baño que han estado todo el día arreglando los obreros, porque se habían dejado a mi gato dentro”, comenzó su historia, que se viralizó en pocas horas.
La familia de Ana contrató a unos obreros para tapar una perforación hecha en la bañera porque tenía una gotera. Ese espacio de 15×15 estuvo abierto por meses y se convirtió en un sitio fresco de descanso para Beesly durante el verano.
Después de revisar los lugares obvios y no encontrarlo, comenzó a desesperarse. “Me pareció que estaba metido como en un armario. Miré en el del baño y tampoco aparecía. Y pensé que podría estar en ese hueco; me acerqué para confirmarlo y ahí estaba”, continuó.
Sus padres dormían y ella no quería despertarlos, pero no quedó otra opción. “Tuve que llamar a mi padre y tirar la pared abajo, recién arreglada, para sacar al gato, que encima luego quiso volver a meterse dentro”.