Domingo, 13 de Abril 2025
Tras el paro general, la central obrera debatirá nuevas protestas el martes. Esperan una “urgente” reunión con el Gobierno. Marcha confirmada para el 1 de mayo.
A 48 horas del paro general, la CGT redobla la apuesta y piensa en nuevas medidas contra el Gobierno de Javier Milei. El Consejo Directivo Nacional se reunirá este martes y ratificará la marcha prevista para el 1 de mayo, día del trabajador.
Para las autoridades de la central obrera, la inflación de marzo del 3.7% y los recientes anuncios económicos implicarán “una bomba de tiempo” para el salario de los trabajadores y la actividad económica.
“Es una devaluación de casi 30% y eso irá a precios e inflación y menos actividad económica”, advierten desde la cúpula de la calle Azopardo, en diálogo con MDZ. Se refieren al sistema de bandas móviles de flotación para el tipo de cambio, en el marco de la salida del cepo. La banda inferior será de $ 1.000 y la superior, de $ 1.400, y los límites se ampliarán al 1% mensual.
Además, la cifra informada por el INDEC causó zozobra en los dirigentes, que ya vienen siendo cuestionados por las bases por no haber reaccionado antes al accionar oficial de frenar todas las paritarias y forzar a que cierren al 1% mensual. “Los datos de marzo estuvieron por encima de las expectativas, por lo que de ahora en adelante el Gobierno y los empresarios estarán obligados a rediscutir paritarias”, señaló uno de “los gordos”.
Para la conducción cegetista, “es imperioso” que el Gobierno impulse una reunión para evitar que escale el nivel de conflictividad. “Por el momento no hubo señales de que esto ocurra”, reparó un dirigente.
Hay un reciente antecedente que habitualmente marca el camino de la mayoría de las paritarias. El gremio de Camioneros, con Hugo Moyano en la mesa, firmó a finales de marzo un acuerdo paritario de más del 3% en tres cuotas. Un 1,2% para marzo, 1% para abril y 1% para mayo. Fue tal el logro para la Casa Rosada, que le destacaron al líder gremial, quien encabeza desde las sombras el triunvirato, “el compromiso del sector con la estabilidad económica”.
Este recrudecimiento del contexto económico y sindical llega en un sorpresivo anuncio de Héctor Daer, que no buscará renovar en los próximos meses su puesto al frente de la CGT.
La central obrera sufrió un desgaste en los últimos años, luego de los cuestionamientos internos en torno a cómo procedió la central obrera durante el Gobierno de Alberto Fernández, y tras una clara división durante la gestión libertaria. Si bien se había tenido una tregua durante el anterior semestre, en el último tiempo se evidenció una ruptura en la forma de accionar ante la Casa Rosada.
Mientras algunos dirigentes como Gerardo Martínez (UOCRA) y Armando Cavalieri (Comercio) buscan ser dialoguistas con el Gobierno y evitar ir al choque, Daer endureció su relación con los funcionarios y se acopló a un sector más combativo, donde empieza a asomar también Andrés Rodríguez de UPCN, quien acompaña usualmente las propuestas salariales del Gobierno, pero empezó a distanciarse cada vez más del Ejecutivo. En ese contexto se sumó a la CGT la Unión de Trabajadores de la Economía Popular, organización que encabeza públicamente el dirigente Alejandro Gramajo, pero que administra desde las sombras el kirchnerista Juan Grabois.
Por consiguiente, se vendrá una inevitable renovación que pondrá en debate cuál será el rol de la CGT y cuál será el nivel de confrontación que estará dispuesta a dar contra el oficialismo, que amenaza con desempolvar una nueva reforma laboral, con decenas de proyectos que procuran “recortar las cajas y el poder de los sindicatos”, que el mismo Ejecutivo había congelado el año pasado.