Sábado, 07 de diciembre 2024
La diferencia entre el dólar oficial y el blue está en mínimos desde el regreso de las restricciones cambiarias, hace cinco años. Sin embargo, Caputo prefiere la cautela y esperar para liberar el mercado de cambios, aunque implique alejar inversiones. El plan de la Rosada.
La diferencia entre el dólar oficial y el blue quedó este viernes en apenas $15, una brecha de 1,5%, la más baja desde que se introdujo el cepo cambiario en 2019. Esta unificación cambiaria “de hecho” genera expectativas en algunos sectores de que se aproxima el fin de los controles cambiarios.
Sin embargo, el ministro de Economía, Luis Caputo, fue contundente: el cierre de la brecha no implica una eliminación inmediata del cepo. Este mensaje mantiene a los inversores internacionales en modo wait and see, por lo que el Gobierno busca formas de canalizar capitales hacia la economía real a través del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI).
La brecha que mira el mercado es la del dólar oficial y el contado con liquidación (CCL). El récord de menor brecha había ocurrido en diciembre del 2023, luego de la devaluación del oficial, que saltó de $365 a $800. Había llegado al 15%, después de años donde la brecha había incluso superado el 100%. Hoy, con el CCL que el viernes cerró a $1075, la brecha está en menos del 5%.
Sin embargo, Caputo afirmó: “Uno me podría decir: ‘¿Por qué no salen del cepo ahora?’. Porque hay que cumplir condiciones que no están, lidiar con los flujos y los stocks. Eso hay que normalizarlo”. Desde el Palacio de Hacienda aseguran que nunca se habló de “plazos”, sino de “condiciones”.
En una entrevista, aseguró que no le sorprende lo que está ocurriendo: “Al blue lo miro poco, pero tampoco estoy pendiente de la cotización del dólar porque siempre tuvimos la visión de que iba a converger de arriba hacia abajo, lo dije cuando valía $1500″.
Por otro lado, Caputo afirmó que la salida del cepo puede darse de dos maneras distintas: “Puede hacerse de forma gradual, o mediante un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para recapitalizar el Banco Central”.
En el Gobierno hay expectativa de que esto ocurra con la asunción de Donald Trump. “El FMI ayudó al Gobierno de Alberto Fernández, que no le cumplía nada. ¿Por qué no ayudaría a uno que le cumple en todo?”, contó una fuente cercana al presidente Javier Milei.
El Gobierno teme una mayor apreciación
Además, el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, agregó otros motivos. En declaraciones a la Bolsa de Comercio, informó que hay algunos problemas de flujos, pero además reveló que hoy el cepo funciona como una especie de “contención” para que no haya una lluvia de inversiones que puedan apreciar demasiado el tipo de cambio.
“El cepo está empezando a ser una barrera de entrada en lugar de una barrera para la salida”, reveló. En esa línea, agregó: “Es muy probable que en este esquema monetario, cuando se levante el cepo, sea una fuente de liquidez donde entre capital de afuera y no salga el de adentro”.
Con un tipo de cambio real similar al que dejaron Alberto Fernández (2023), Cristina Kirchner (2015) y Mauricio Macri (2017), el Gobierno tampoco quiere que una apreciación implique menor competitividad, cuando todavía no arrancaron a bajar impuestos a la producción y comienza a darse un proceso de apertura comercial.
Por otro lado, Bausili habló de la falta de un “equilibrio cambiario”. El titular del BCRA informó que aún hay “stocks de deuda financiera intercompany y dividendos” que representan una demanda latente de dólares.
Si bien el Banco Central se encuentra comprando reservas en un momento del año donde suele tener una postura vendedora, también es cierto que las reservas netas siguen siendo negativas. Con datos a fines de noviembre, la consultora PPI las estimó en u$s -8174 millones. El Gobierno quiere respaldo en caso de salir del cepo.
Si bien hay prácticamente una unificación de los tipos de cambio, el dólar blend le aporta divisas a los financieros. Además, el Gobierno realiza intervenciones en esos mercados, que luego se arbitran con el blue, por lo que también impactan en el mercado paralelo, que en volúmenes es marginal.
¿Y las inversiones?
A los empresarios que se reunieron en las últimas semanas con el Gobierno les sorprende que Caputo les da la misma información que la que da públicamente. Saben que la clave está en las condiciones. En el sector privado se barajan dos alternativas: una salida del cepo a principios del 2025, acuerdo con el FMI mediante, o directamente después del triunfo de las elecciones legislativas. La segunda pesa más.
Si bien el cepo contiene la brecha, y por ende la inflación, trae como consecuencia que decenas de inversores ávidos de venir al país queden en modo “wait and see”. Así lo aseguró una alta fuente dentro del Gobierno: “Interés en el exterior hay un montón, pero el freno hoy es el cepo”.
De hecho, esta semana estuvo en Casa Rosada Arthur Laffer, asesor del presidente electo Donald Trump, y le manifestó a Milei: “Nadie pondría plata en un país donde después no puede sacarla”. Por este motivo, uno de los caminos que está implementando el Gobierno para que igualmente se den las inversiones es ver de qué manera se suman al RIGI.
Hoy el interés del Gobierno es en la “economía real”, según le hace saber Caputo a las cámaras empresarias. Hay sectores, como industria y construcción, que no repuntan. De hecho, este viernes se conocieron los datos y dieron nuevamente caídas intermensuales.
Así, el RIGI es la zanahoria en un país con cepo. No solo permiten importantes bajas impositivas, sino acceso al dólar. El problema es que solo admite a 8 sectores, según dice la ley. Estos son: turismo, forestoindustria, infraestructura, minería, tecnología, siderurgia, energía y petróleo y gas. Por eso, dentro del Gobierno, la pregunta entre los equipos técnicos es de qué manera pueden acceder.
Dos ejemplos. Hay una importante cadena de gimnasios de América Latina que quiere hacer una inversión millonaria. Si bien gimnasios no forman parte del RIGI, se analiza si podría entrar dentro del rubro de infraestructura, en una subcategoría de “esparcimiento”. Lo mismo con destacada automotriz, que analiza ingresar dentro de “tecnología”, en el subgrupo de “movilidad eléctrica”.
El artículo 200 del RIGI les permite el “derecho a pagar utilidades, dividendos e intereses sin restricciones de ninguna clase y sin conformidad previa del Banco Central”.
El futuro del dólar blend
Una de las incógnitas hacia 2025 es el futuro del esquema de dólar blend, que obliga a los exportadores a liquidar el 80% de sus ingresos al tipo de cambio oficial y el 20% al blue.
Si bien desde el sector agroexportador sostienen que el esquema continuará durante todo el próximo año, analistas advierten que limita la acumulación de reservas y podría convertirse en un obstáculo para la normalización cambiaria.
La eliminación del dólar blend también está atada a la discusión sobre las retenciones, que no muestran señales de reducción en el corto plazo. Esto genera tensiones en el sector agroexportador, que se enfrenta a márgenes ajustados y costos crecientes.