Viernes, 06 enero 2023
«La verdad estuvo muy bueno. Todos pudimos hablar, escuchar y plantear cosas. Durante casi cinco horas Alberto estuvo con todos nosotros y se lo notó con ganas de ir por la reelección», dijeron tres dirigentes que estuvieron en la tarde de ayer en Chapadmalal.
Los intendentes y ministros que se juntaron ayer con Alberto Fernández y Axel Kicillof tuvieron como síntesis final dos cosas. Que los dos quieren ser candidatos para ser reelectos en sus respectivos cargos. Y que, como novedad más importante, lo vieron al presidente muy entusiasmado porque el año 2023 lo tendrá como centro de todas buenas noticias.
Estos arranques espasmódicos no son nuevos, pero por ahora les sirve a los que estuvieron en Chapadmalal junto con Fernández, Kicillof y algunos ministros de su gabinete para mantener la esperanza futura, esa que luego suele esfumarse ante la vorágine de la realidad y los errores no forzados.
“El tema de la Corte es una complicación… Mete ruido en todos lados, pero fundamentalmente en la Economía”, aceptó uno de los presentes cuya mirada suele ser más que descarnada y realista. “Que la oposición tenga sus quilombos ayuda, pero no dura mucho. Lo preocupante somos nosotros mismos”, confesó.
Con el conflicto de la Corte Suprema y la embestida oficial viene directamente el problema de la plata que sienten que le quitan a los bonaerenses. Ahí un intendente propuso una campaña, que él la empezará a aplicar, explicando que por culpa de Horacio Rodríguez Larreta su municipio tendrá 1.200 millones menos para poner en su territorio. “Nadie lo siguió”, confesó uno de sus pares.
Otro, en tanto, expresó que todos los presentes ya habían confirmado su apoyo a la reelección de Kicillof, cuando el gobernador había dicho que trabajaría para ese fin. “No sé por quién lo dijo… Nadie habló del tema hasta ahora”, contaron tres de los concurrentes da la extensa reunión de ayer en Chapadmalal, en la que Fernández estuvo más de cuatro horas con todos por ahí.
En un contexto muy relajado hubo tiempo para varios reproches privados para La Cámpora que conduce Máximo Kirchner y que está representada en la región por Fernanda Raverta, con quien todos habían estado horas antes participando de un acto por nuevas asignaciones universales lanzados en General Pueyrredón.
Al presidente, a sus ministros y a la mayoría de los jefes comunales no le cayeron nada bien dos situaciones. La primera, que durante el discurso de la jefa de la ANSES solo hubiera hablado de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner y que recién al final hiciera una mínima mención al actual jefe de Estado. Y, la otra, el desplante que les hizo a todos por no ir al almuerzo en Chapadmalal.
La idea de la reelección presidencial no tomó por sorpresa a los convocantes del encuentro, los ministros Gabriel Katopodis, Santiago Magiotti y Victoria Tolosa Paz, la más potente con su discurso en defensa de la actual gestión. Previamente, Fernández había advertido que lo que más frenó su gestión hasta el momento fue el fuego amigo recibido. “Tenemos que parar en matarnos entre nosotros”, reflexionó.
Del encuentro participaron jefes comunales de todos los grupos internos, menos de La Cámpora. Mario Secco, de Ensenada, no milita ahí. Él es ultrakirchnerista desde el primer día, pero no se involucra en la “diaria” de esa agrupación, al igual que Martín Insuaurralde y Jorge Ferraressi, aliados del hijo de los dos presidentes pero no partícipes de su agrupación.
También estuvieron Lucas Ghi, del cristinista Nuevo Encuentro, aunque con un perfil mucho más de centro del que muestra su aliado Martín Sabbatella, Julio Zamora, desterrado hace tiempo de las fotos oficiales por su enfrentamiento en Tigre con Sergio Massa y Julio Vitovello, el menos amigable, para la política porque lo sindican como una “máquina de obstruir”.
El optimismo presidencial y de algunos de los presentes choca, sin embargo, con la intransigencia ya anunciada sobre el futuro del actual mandatario de Cristina Fernández de Kirchner y de su hijo Máximo. No quieren saber nada conque Fernández pretenda un nuevo mandato.
Algo parecido también piensa Kicillof, que ya trabó un acuerdo con Sergio Massa porque cree que con el ministro de Economía tendrá más chances de ser reelecto en la Provincia de Buenos Aires que si fuera Fernández por su reelección. Daniel Scioli, ahí presente, siempre dejó en claro que «está para sumar» y no abandona su idea de ser el candidato o, a lo sumo, tener otro rol mayor en el futuro inmediato.