Lunes, 17 de marzo de 2025
Según la denuncia, la hicieron vivir situaciones degradantes, como desnudarse, hacer juegos humillantes y completar consignas sexuales. También contó que la filmaron con un celular sin su consentimiento.

El Club Alemán de Mendoza quedó involucrado en un escándalo después de que una deportista denunciara haber sufrido abusos durante una “bienvenida”, una especie de ritual de iniciación al que la sometieron cuando ella tenía 16 años y formaba parte del equipo de hockey sobre césped de la categoría primera A.
Según la denuncia, sus compañeras la hicieron vivir situaciones degradantes, como desnudarse, hacer juegos humillantes y completar consignas sexuales. También contó que, mientras realizaba esas prácticas aberrantes, la filmaron con un celular sin su consentimiento.
El caso fue reportado en 2023, cuando la joven le contó a sus papás lo que había pasado y ellos decidieron intentar resolverlo de forma interna, pero en la institución prefirieron que el hecho sea investigado por la Justicia, y desde la comisión directiva hicieron una presentación judicial ante la Fiscalía de Delitos contra la Integridad Sexual, a cargo de Mercedes Moya.
“Me pusieron en cuatro patas y me decían que era un perro”
La chica, que en ese momento tenía 16 años, fue citada a declarar y ratificar la denuncia. En su testimonial, detalló hechos muy graves y mencionó prácticas abusivas y humillantes entre las jugadoras del club. Además de la joven, habría al menos cinco menores más que habrían sido víctimas y que decidieron sumar su testimonio en los últimos meses.
De acuerdo a la versión de la primera denunciante, todo ocurrió en 2023, en el baño del club, donde la habrían obligado a ella y a otras deportistas a desnudarse de la cintura para arriba. Luego -sostiene la denuncia- le hicieron ponerse un “top creativo”, caminar como perros y cumplir consignas sexuales.
También contó que les vendaron los ojos con toallitas femeninas, les habrían metido salchichas en la boca y les colocaron una morcilla en la zona genital, encima de la calza de deporte.
“Días antes de la bienvenida, una de las líderes me preguntó si era virgen. Ese mismo día, el del ritual, cuando me estaba duchando, me quitaron la toalla y una decía dale, dale, que te queremos ver la c…”, detalló la joven en diálogo con Los Andes.
Después les ordenaron que se pusieran “en cuatro patas” y fueran hacia otra parte de los baños. Entonces, una de las mujeres dijo: «Mordé este hueso; ahora sos un perro“, mientras otras hacían comentarios de índole sexual. Allí fue cuando le colocaron el embutido. “Yo moví la morcilla porque me daba asco que tocara mis genitales y ellas me decían que me deje”, contó.
“Yo estaba muy incómoda con la situación. Me sentí vulnerable, humillada, y sentí tanto miedo de que reaccionaran mal si les decía que me quería ir, que no podía hablar. Una hora y medio riéndose de mí, mientras decían hasta cosas de mi mamá”, recordó.

“En el momento no entendía qué había pasado. Me sentía mal, estaba angustiada, no podía ponerle palabras. Sabía que estaba mal y que cuando le contara a mis padres se iba a armar un tema. A medida que pasaban los días me di cuenta de la dimensión de lo que había pasado, por cómo reaccionó el club y las chicas. Pero en el fondo siempre supe que estaba mal lo que hicieron”, expresó.
“Yo iba a que me tiñeran el pelo. Era lo único que pensé que me iban a hacer. En el momento, por las ganas de pertenecer, dije ‘tengo que pasarlo’. Nunca supe que me filmaron hasta que me sacaron la venda. Yo no di consentimiento para nada”, contó.
Cuando la menor habló con sus otras compañeras sobre lo que habían vivido, algunas le dieron su apoyo. Pero todo se disipó. “Al principio dijeron ‘la pasamos mal’, se les fue las manos, está mal. Si vos hablás, saltamos todas, lo tengo en el chat. Pero al final nadie saltó. Una dijo ‘no nos van a creer’. Creo que no hablaron por querer seguir jugando en primera”, recordó.
“La he pasado muy mal, me quedé sola. Fui a declarar 50 veces, mis papás dejaron de trabajar para acompañarme, tenía que dejar el colegio, cada vez tenía que revivirlo, con detalles específicos”, sostuvo.
Su objetivo es “que no se repita y que haya consecuencias, todo ha recaído en mí que soy la víctima”, contó.
La respuesta del club
La denuncia fue presentada por la comisión directiva del Club Alemán, ya que la familia de la joven denunciante inicialmente trató de manejar el tema puertas adentro, y pidieron que las jugadoras involucradas sean sancionadas. Sin embargo, al ver la dimensión del caso, decidieron sumarse a la presentación judicial y exigir respuestas.
A partir de esto, las autoridades emitieron un comunicado para poner en conocimiento a sus socios de lo que estaba pasando. “La Comisión Directiva luego de tomar conocimiento de dicha presentación -por imperativo legal- tomó la inmediata decisión de poner en conocimiento de los hechos expuestos ante la Fiscalía Penal en turno de Mendoza”, remarcaron.

“También se puso en conocimiento de esa presentación a todas las personas nombradas en la misma, para que ejercieran los derechos de defensas que por ley corresponden. Como efecto de ello, han efectuado sus descargos, ejerciendo de esta manera sus derechos fundamentales de defensa”, anticiparon.
“Por lo expuesto, la Comisión Directiva tomó la decisión de someterse a todas las directivas que imparta la Fiscalía Penal competente en pos de resguardar los derechos de todos los socios de esta institución”, informaron.
Después, sacaron otro comunicado y advirtieron: “La Comisión Directiva del Club Alemán de Mendoza prohíbe la realización de cualquier tipo de ceremonias de iniciación (BIENVENIDAS) en el deporte federado y no federado».
“Se considera que este tipo de situaciones no corresponden a actos para la institución. Con esta decisión, se trata de prevenir y erradicar las conductas y prácticas que constituyan violencia en las relaciones interpersonales”, cerraron.
En el expediente consta la versión de las 10 jugadoras denunciadas, quienes hicieron una nota a modo de descargo ante la comisión directiva del club ante el riesgo de alguna sanción. Todas negaron las acusaciones y aseguraron que se trató de juegos sin connotaciones sexuales y sin contacto con zonas íntimas.