Lunes, 03 de Marzo 2025
Está previsto discutirla el jueves, ya con García-Mansilla como cuarto integrante. Pero si la votación queda dos a dos, en la justicia no descartan que se dilate la resolución hasta sumar tres votos.
Este jueves se reúne la Corte Suprema de Justicia con su nueva conformación: la semana pasada, su presidente, Horacio Rosatti, le tomó juramento al abogado Manuel García-Mansilla. El tema central del encuentro será resolverr la situación del juez Ariel Lijo, y determinar si se despeja el camino para incorporarlo a él también am máximo tribunal. Como el Acuerdo se realizará con cuatro integrantes, la pregunta es: si no se llega una decisión con al menos tres votos, ¿cómo continuará la cuestión? Un antecedente de 2018 podría ser la clave.
“Esto tiene que ser obvio para todos. Es imposible que la Justicia cumpla su deber si funciona al 60% de su capacidad. Esperamos que la política esté a la altura de esta urgencia nacional y no politice la aprobación de los pliegos, a diferencia de lo que ocurrió este año con los candidatos a conformar la Corte Suprema”, dijo el presidente el sábado, cuando inauguró las sesiones legislativas.
Fue la única alusión que realizó sobre el máximo tribunal que, para entonces, ya tenía a uno de los dos candidatos del Poder Ejecutivo, el constitucionalista Manuel García-Mansilla.
Por eso, el Gobierno está a la espera de lo que ocurra este jueves en el cuarto piso del palacio de Tribunales.
La semana pasada, luego de tomarle juramento a García-Mansilla desde el máximo tribunal dejaron trascender que estudiarían durante una semana el caso Lijo, al que siguen calificando de “excepcional”: no había ocurrido hasta el momento que un juez federal sea designado en comisión para sumarse a la Corte, mucho menos que su pliego haya obtenido acuerdo de la Comisión de Acuerdo del Senado pero que, tras no votarse en el recinto, el Poder Ejecutivo lo designe igual a través de un decreto.
En ese contexto, también resulta extraordinaria el tipo de licencia requerida por Ariel Lijo, titular del juzgado federal 4 desde hace más de dos décadas. Ante la Cámara Federal, el magistrado pidió una licencia sin goce de haberes por el tiempo que dure la designación en comisión en la Corte.
Para sustentar este criterio, Lijo expresó que las licencias extraordinarias “serán acordadas sin goce de haberes para el caso del ejercicio transitorio de otros cargos, cuando el agente fuera designado o electo para desempeñar funciones superiores de gobierno en el orden nacional, provincial o municipal, quedando obligado a solicitar licencia sin percepción de haberes, la cual se acordará por el término en que ejerza esas funciones”.
En un tramo de su nota ahondó más sobre este argumento y dijo que el artículo citado establece que el personal amparado por estabilidad, “que fuera designado para desempeñarse en un cargo de mayor jerarquía, sin estabilidad y que por tal circunstancia quedare en situación de incompatibilidad, se le acordará licencia sin goce de sueldo en la función que deje de ejercer por tal motivo, por el término que dure esa situación”.
Por eso, el juez concluye que “dado que la designación carece de estabilidad en el cargo, le solicito que me conceda licencia sin goce de haberes por el tiempo que dure la designación en comisión”.
En estas horas, esos argumentos como también los regímenes de licencia citados por el magistrado se encuentran bajo estudio con la intervención de las áreas letradas correspondientes en la Corte, y este jueves “podría resolverse”, indicaron fuentes judiciales.
La cautela marca el paso de estos días porque hay un escenario que no se descarta: ¿Y si la decisión de conceder la licencia extraordinaria queda empatada? ¿Cómo se define?
Ante la consulta, fuentes judiciales, explicaron que en función de la Acordada 44/2018 firmada bajo la presidencia de Horacio Rosatti, la Corte retomó el ejercicio colegiado de todas las facultades de superintendencia “que se encontraban delegadas en la Presidencia del Tribunal desde el 17 de marzo de 1961 por acordada 8/1961”.
Es decir: ya no es el presidente del máximo tribunal quien desempata cuando alguna votación queda igualada.
Además, hay otra Acordada, la 12/2024, referida a los votos que se realizan sobre temas de superintendencia, que incluyen las licencias de los jueces. Esa normativa explica que «es una regla esencial en el funcionamiento de todo cuerpo o tribunal colegiado que sus miembros deben deliberar hasta tanto alcancen el consenso necesario para tomar decisiones”.
Lo que se exige es una mayoría en la resolución del caso, no el voto por unanimidad.
En función de esta Acordada, si el jueves no se obtiene una mayoría respecto al pedido de licencia cursado por Lijo, se deberá seguir discutiendo hasta que se reúnan tres votos iguales.
“La Corte será ortodoxa en su análisis”, deslizaron fuentes judiciales que no desconocen la importancia del caso. Pese a ello, también se deslizó que el máximo tribunal terminaría resolviendo en una semana “una discusión que la política hace un año no logra zanjar”.
Aunque Lijo y García-Mansilla fueron elegidos para la Corte en el mismo momento, sus pliegos se enviaron conjuntamente al Senado y fueron incluidos en el mismo decreto, por el momento, sólo al abogado se le tomó juramento.
Ante esa disímil situación, fuentes judiciales señalaron: “Si hubieran tenido el mismo status, ya estaría todo resuelto, pero estamos ante una escenario que no cuenta con antecedentes”.
En Comodoro Py aguardan con expectativa el desenlace del acuerdo del jueves. Fuentes de los tribunales de Retiro aseguraron a Clarín, que consideran que la intención inicial «es resolver la situación este jueves y tomarle juramento a Lijo». Acto seguido, se debería sortear en la Cámara Federal porteña quién será el suplente en el juzgado 4.