Son más de 28 mil los migrantes que residen en Rosario, y de éstos, los venidos desde Paraguay son la mayoría (un 20%), a quienes les siguen brasileros y luego peruanos. Esto se conoció hace unos días, a partir de un informe municipal basado en el Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2022, y a partir de ésto, más datos se desagregaron sobre cómo son asistidos los residentes en la ciudad.
En este asunto, es conocida la trayectoria de la organización no gubernamental local Migrantes y Refugiados Sin Fronteras, que permanece activa desde 1997 acompañando a quienes arriban a la ciudad por tierra, aire o río, en sus regularizaciones, asi como en toda necesidad para radicarse en Rosario, sea por techo, salud o educación. Lo que poco se conoce es su asistencia inversa: así como asesora y contiene a los inmigrantes venidos al país, también lo hace con argentinos que deciden emigrar a cualquier lugar del globo.
“Acompañamos tanto a inmigrantes como a refugiados, pero pocos saben que también asesoramos a los argentinos que buscan emigrar a otros países”, precisó el presidente de la entidad, Leandro Zaccari a Rosario3. Consultado sobre los orígenes de quienes asesoran, detalló: «Los refugiados vienen mayormente de países africanos de Congo, Guinea, Liberia, Nigeria, (por guerras civiles y conflictos étnicos), y en los últimos años desde Colombia tras las guerrillas y Venezuela con su crisis. En cambio, los inmigrantes suelen venir de Cuba, Brasil, Paraguay y Bolivia”.
Para dejar en claro la diferencia entre ser refugiado y ser inmigrante, Zaccari aclaró: “El refugiado se ve obligado a dejar su país, al verse perseguido por situaciones de violencia o violaciones a sus Derechos Humanos (según la Convención sobre el estatuto de los refugiados del Alto Comisionado de la ONU), entonces sale de su país por situaciones forzadas. En cambio, el migrante es quien decide emigrar y residir en un país diferente por voluntad, fundamentalmente para mejorar su situación laboral”.
En torno a las asistencias a la inversa, es decir, a argentinos que buscan irse a vivir a otro país, Zaccari detalló: “Asesoramos a quienes emigran en temas de homologaciones de títulos, ciudadanía, temas documentales y contención”.
Pero primordialmente, a la fundación suelen acudir quienes vienen de otros países, y en torno a estas asesorías, su presidente aclaró: «No contamos con una bolsa de trabajo, pero sí ayudamos en la inserción del inmigrante en algunas fuentes laborales, así como otras necesidades a quienes arriban en situaciones de extrema vulnerabilidad, en conseguir alojamiento temporario con otras instituciones, como hostels y pensiones».
En torno al asunto de habitabilidad, Zaccari destacó que hay dificultades, y la Municipalidad colabora en la inserción al migrante, “pero falta que promuevan más su situación en alojamientos temporales y vivienda porque no hay muchos lugares. Hasta hace poco trabajábamos junto a dos organizaciones que cerraron y perdimos esas plazas”, apuntó.
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Zaccari apreció sobre la habitabilidad de los inmigrantes en la ciudad en estas últimas décadas que “la población rosarina cambió su vínculo con los inmigrantes sobre todo desde los años ’80. Hasta entonces, quienes inmigraban, sobre todo Bolivianos, Paraguayos, Peruanos, sufrían mucho xenofobia y discriminación”.
En torno a los refugiados que arriban cada tanto a la ciudad, Zaccari dijo no tener un número contabilizado en el tiempo ni una asiduidad, pero precisó que “la mayoría arriban de forma ilegal como polizones desde diversos países africanos en barcos al puerto de Rosario o alguno de la región. Los asistimos en regularizar su situación, y muchas de las veces se terminan yendo a vivir a Buenos Aires. Los refugiados que arriban por vía terrestre son casi siempre venidos de Colombia o Venezuela, y hemos recibido algún cubano también”.
La fundación Migrantes Sin Fronteras asiste a migrantes y refugiados que llegan a la ciudad desde 1997. Y se estableció como entidad formal en 2006, bajo la ley n.º 25.871, conocida como ley Giustiniani de Migraciones. “Desde 2014 somos un organismo consultivo de las Naciones Unidas, es decir, que estamos acreditados en su Consejo Económico y Social que se ocupa de estos asuntos en el mundo”, destacó.
Temor a posible volantazo en la política migratoria
Desde la ong manifestaron estar precupados ante declaraciones de funcionarios nacionales que dan indicios de un posible cambio de rumbo de los derechos adquiridos por los inmigrantes, en sintonía con la política migratoria de los Estados Unidos, y a partir de un DNU en el que el presidente Javier Milei modificó por decreto la norma de Reconocimiento y Protección al Refugiado hace unos meses, y habilitó a hospitales públicos y universidades nacionales a cobrar a extranjeros por sus servicios sanitarios.
“Tememos por posibles modificaciones en la Ley Giustiniani en ciertos incisos que se estuvo fogoneando desde el partido La Libertad Avanza, a partir de los dichos de Trump en su asunción”, aseguró el referente local.
Consultado sobre su conocimiento de la existencia de alguna política migratoria que se haya aplicado en el último tiempo en el país, Zaccari recordó que “al momento solo se conoce que en la provincia de Salta cobran asistencia en salud en los hospitales públicos a los migrantes que consideran transitorios”.