Lunes, 09 de Diciembre 2024
El mandatario no quiere perder el tiempo para trasladarse a la Casa Rosada por lo que buena parte de las actividades las lleva adelante en la residencia presidencial. Su “dique de contención” lo encabezan su hermana Karina, junto con Sandra Pettovello, su pareja “Yuyito” González y el acompañamiento de sus perros. Las reuniones en el microcine para distenderse de un trajín diario que lo tiene cansado y con cambios de humor.
A diferencia de otros presidentes, Javier Milei eligió pisar lo menos posible, solamente lo justo y necesario, la Casa Rosada y pasó la mayor parte de sus días como líder del Ejecutivo recluido en la quinta de Olivos, sin agenda a la vista. Y siempre rodeado de su dique de contención más íntimo: su hermana Karina, Sandra Pettovello, la ministra de Capital Humano; Amalia “Yuyito” González, su pareja, y sus perros.
Quienes lograron compartir tiempo con el economista destacan que monitorea minuto a minuto los números que ofrece la macroeconomía, su principal obsesión, chatea con Luis Caputo, el ministro de Economía, pasa mucho tiempo en X y también tiene cambios de humor, con síntomas de cansancio.
Siempre, en aquellos momentos cargados de complejidad, el Presidente recurrió a su hermana Karina y la persona que conduce Capital Humano, Pettovello. Con la ministra el vínculo es especial ya que ella logra calmarlo en los instantes más difíciles, cuando los escenarios no se dan como quiere Milei. Y, en los últimos meses, aparece “Yuyito” González, su segunda pareja desde que se lanzó a la función pública tras el romance que tuvo con la actriz Fátima Florez desde la campaña electoral. Las versiones que dan cuenta que sus parejas son “arregladas” tienen poco eco en el hombre que conduce el Ejecutivo.
Hay una rutina que para Milei es inalterable los domingos por la noche en la residencia. En el microcine de Olivos, se reúne con sus amigos, entre los que se encuentran periodistas como Juan Carlos de Pablo o Alejandro Fantino, para escuchar ópera y ver cine. Los participantes evitan realizar comentarios o divulgar información de esos cónclaves que Milei considera “sagrados”.
En relación con los movimientos, desde el 10 de diciembre, las actividades del Presidente se concentraron casi exclusivamente en Olivos. Por un motivo que explicó en una entrevista: dijo que no estaba dispuesto a perder tiempo de trabajo en viajes entre la residencia presidencial y la sede de gobierno. Pero nunca mostró qué estuvo haciendo allí y solo permitió que se divulgaran muy pocas fotos, con muy pocos encuentros.
En esas reuniones se destacan un almuerzo del gabinete en diciembre del año pasado (que Milei hizo pagar a los ministros “a la romana”), un agasajo a los diputados que respaldaron el veto presidencial al proyecto de movilidad jubilatoria, en septiembre, y una cena con gobernadores, en octubre, que fueron clave para sostener el veto a la iniciativa parlamentaria que otorgaba una actualización a los fondos universitarios. Se trató de un cónclave en el que dieron el presente mandatarios de la sintonía de Milei, como Gustavo Sáenz; de Catamarca, Raúl Jalil; de Tucumán, Osvaldo Jaldo; y de Misiones, Hugo Passalacqua.
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Una de las imágenes que circuló desde su cuenta de X en Olivos es con José Luis Espert, el diputado que es el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Una persona que conoce muy bien al líder libertario le contó a este medio que el Presidente, en la intimidad, cree que todos los integrantes del bloque de diputados de La Libertad Avanza “son unos chotos en términos intelectuales” y que el economista representa “un salto de calidad” por su capacidad. Por eso valora tanto su incorporación al espacio violeta.
La otra imagen que salió a la luz de Milei en Olivos es con Eduardo Serenellini, el Secretario de Prensa de la Presidencia, justo cuando fue modificado su rango de ministro y su interna con Manuel Adorni, el vocero presidencial, escalaba a gran velocidad.
El jefe de Estado tiene por el funcionario un afecto personal y fuentes libertarias remarcan que él mismo lo seleccionó cuando el área estaba vacante: en un recorrido por canales de noticias, Milei escuchó a Serenellini defendiendo su plan de gestión y no lo dudó. “Lo quiero en mi gobierno defendiendo las ideas de la libertad”, lanzó. Hoy, el periodista resiste en su puesto exclusivamente gracias a un jefe de Estado que por consejo de sus asesores cambió el contenido de sus discursos: pasó de la cátedra económica a la política, con ejes en la “batalla cultural” que emprendió.