Sábado, 7 de diciembre de 2024
El conflicto por recursos con las altas casas de estudios motivó a las marchas más importantes contra el Gobierno.
Javier Milei en su primer año como presidente de la Argentina tuvo varios conflictos con las universidades a partir de la falta de actualización del presupuesto, lo que llevó a las instituciones a acomodar los números del año con recursos de 2023.
Esa situación generó multitudinarias marchas en todo el país y vigilias de estudiantes, docentes y ciudadanos.
En este primer tramo de presidencia, Milei tuvo fuertes conflictos con el sector universitario, que atravesó un año cargado de dificultades económicas incluso para pagar los servicios básicos.
Debido a esa cuestión presupuestaria, docentes, no docentes, gremios, dirigentes políticos y alumnos de las diferentes facultades de todo el país se manifestaron frente al Congreso y casas de estudios para reclamar mayores recursos.
Varias facultades cerraron sus aulas y llevaron las clases a la calle para visibilizar el reclamo.
El reclamo se llevó a cabo bajo el lema «Sin salarios, ni presupuesto no hay educación», con la simpatía de todos los sectores sociales y políticos.
El 23 de abril se realizó la primera marcha universitaria del país, la más masiva de la era Milei.
Participaron más de 800.000 personas, que reclamaron por el presupuesto correspondiente «para que las luces de las aulas no se apaguen y el hijo de obrero pueda concluir su trayecto profesional».
En representación de la política fueron parte el ex jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta y el ex candidato presidencial Sergio Massa, que acompañó a su hija.
«Estamos todos entendiendo, salvo los que marchan hoy, que todavía no entendieron cuál es la situación del país», cuestionó en ese momento el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
El Gobierno Nacional reclamó la realización de auditorías en todas las casas de estudio para revisar las cuentas y gastos.
La diputada de La Libertad Avanza (LLA) Lilia Lemoine apuntó contra la multitudinaria marcha universitaria y denunció que a algunos estudiantes «les asignaban puntos extra en los finales»
para que formaran parte de la movilización a Plaza de Mayo.
«Se ha escuchado a estudiantes decir que les asignaban puntos extras en los finales si ellos asistían a la movilización, no sé qué opinás de eso», aseguró Lemoine.
En contrapartida, ese mismo día, la ex presidenta Cristina Kirchner salió al balcón de su departamento, ubicado en el barrio porteño de Recoleta, y mostró un buzo con las iniciales de la
Universidad Nacional de La Plata, donde estudió.
Luego, con el correr de los meses continuaron los reclamos y se convocó a una movilización el 2 de octubre, en la emblemática Plaza del Congreso.
Esta manifestación se enmarcó dentro de un contexto nacional en el que los estudiantes y docentes de diversas universidades públicas se congregaron para exigir la defensa de la Ley de
Financiamiento Universitario.
Este evento no solo se limitó a la capital, sino que también tuvo movilizaciones en las principales ciudades de Argentina, evidenciando la magnitud del descontento y la necesidad de hacer escuchar sus reclamos.
En este contexto social y económico, las universidades realizaron, previos a la marcha, varias vigilias y tomas de las diferentes instituciones como la UBA.
Por ejemplo, en la Facultad de Filosofía y Letras, Psicología y Ciencias Sociales se quedaron fuera de las instalaciones postergando las clases hasta que no hubiera un acuerdo con el
Gobierno Nacional.
Así, se mantuvieron casi dos semanas en esa posición hasta que levantaron el reclamo, debido a que se alcanzó una suba presupuestaria del 6,8%.
Aunque, este número estaba por debajo del número que habían reclamado previamente, lograron generar un leve consenso para que los profesores no abandonaran las aulas y se pudiera cerrar el cuatrimestre universitario.
Sin proyecto de Presupuesto 2025, las universidades y el Gobierno deberán volver a negociar los recursos para el próximo año.