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Estancia Yaucha: la riqueza que guarda el campo que Javier Milei quiere vender y que arrastra viejos litigios

Dic 2, 2024

Lunes, 02 de Noviembre 2024

La venta de valiosos campos ubicados en el sur de San Carlos, gestionada por la Administración de Bienes del Estado (AABE), intensifica el conflicto entre puesteros y el Ejército.

Estancia Yaucha: la riqueza que guarda el campo que Javier Milei quiere vender y que arrastra viejos litigios

El pasado 25 de octubre, el Gobierno nacional presentó un listado de tierras que pondrá a la venta en el país. Entre ellas figura parte del Campo Yaucha, en San Carlos, una zona cordillerana de incalculable valor ambiental y cultural que incluye monte nativo, cuencas de agua, flora y fauna nativa. La decisión ha generado controversia debido a que, desde hace más de sesenta años, en el espacio viven familias de puesteros, quienes enfrentan juicios de desalojos impulsados por el Ejército Argentino. A esa tensión se suma la existencia de personas que aseguran ser propietarias de estas tierras. Lo cierto es que la medida, que pone en jaque la convivencia y el cuidado del patrimonio natural, ha encendido un debate sobre el uso de la tierra y los derechos de sus habitantes históricos.

A 120 kilómetros de la Ciudad de Mendoza, al sur del departamento de San Carlos, en Pareditas, se ubica la Estancia Yaucha, un vasto territorio que limita con Chile. Se trata de más de 110 mil hectáreas que atesoran una de las reservas de agua más importante del Valle de Uco: allí se encuentran los arroyos Yaucha y Papagayos, dos afluentes que propician el riego en la agricultura y, además, recargan los acuíferos de la zona.

Aroma a jarillal

El paisaje es único y alberga una gran diversidad. Amplios territorios de monte nativo, donde por las noches las estrellas parecen estar al alcance de la mano, reflejando la pureza del cielo. Los campos huelen a jarilla y a tomillo, mientras son habitados por quirquinchos, pumas, zorros y guanacos, entre otras especies. Lejos de las conexiones a Internet, el tiempo parece transcurrir más lento, con calma, y el silencio revela el murmullo del agua, el canto de los pájaros y la plenitud de la naturaleza.

El equipo del Laboratorio de Paleocología Humana (LPEH) del Instituto de Ciencias Básicas de CONICET-UNCuyo viene desarrollando en la Reserva Natural Laguna del Diamante y el Campo Yaucha líneas de trabajo desde hace más de 15 años, mediante una concesión otorgada por la Dirección de Patrimonio y Museos y con la colaboración de la Dirección de Recursos Naturales Renovables del Gobierno de Mendoza. Al mismo tiempo, en el sector confluyen proyectos de investigación y aplicación patrimonial del equipo que han sido financiados por diferentes organismos nacionales e internacionales como la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, National Geographic Society Grant y la Fundación Gerda Henkel, entre otros.

Hasta el momento se han hallado más de treinta sitios arqueológicos. Las investigaciones han abarcado análisis de elementos líticos, cerámica, arte rupestre y estructuras habitacionales, entre otros, revelando formas de vida de grupos humanos que habitaron el área hace milenios. “Estas prácticas hicieron posible la vida humana en Los Andes en el pasado, y presentan notables continuidades con las estrategias de subsistencia y movilidad que despliegan en el paisaje las familias criollas puesteras actuales, que son un testimonio vivo de modos de vida ancestrales de hace 2000 años”, explican desde el Laboratorio.

“Los nuevos trabajos han aportado información novedosa sobre morteros fijos múltiples que se distribuyen en el Campo Yaucha y Paso de las Carretas, reforzando hipótesis poco difundidas acerca del funcionamiento de estas tecnologías”, señalan desde el equipo de investigadores sobre los recientes hallazgos, resaltando que están realizando estos estudios en conjunto con la Municipalidad, el Museo de San Carlos y la colaboración de los pobladores. “Permitirán identificar, proteger y poner en valor bienes patrimoniales arqueológicos que constituyen un activo socioeconómico para la comunidad”, agregan.

La vida en los puestos amanece temprano, entre corrales y el pan recién horneado. En este sitio, once familias que habitan el territorio desde hace más de 60 años custodiando sus riquezas, desarrollan de manera sustentable su actividad productiva y económica centrada en la cría de animales y otras labores artesanales. Nacidas y criadas en el Yaucha, eligieron continuar con el legado heredado por sus ancestros. Sin embargo, desde el año 2014 enfrentan procesos judiciales impulsados por el Ejército Argentino que amenazan con desalojarlas. Algunas causas ya cuentan con fallos desfavorables, mientras que otras se encuentran en etapas avanzadas.

Actualmente, el conflicto y el debate por el uso y la posesión de las tierras se profundizaron con la puesta en venta de más de 5 mil hectáreas de la Estancia Yaucha a través del decreto 950/2024 firmado por el presidente Javier Milei y publicado el viernes 25 de octubre en el Boletín Oficial.

Nacidos y criados: las familias históricas del Campo Yaucha

A través de la ordenanza 1649/17, en el marco de un proyecto de ordenamiento territorial que establece que el suelo del Campo Yaucha debe ser destinado a la ganadería extensiva y a la actividad turística, la Municipalidad de San Carlos reconoció como habitantes históricos del lugar a once familias.

“Hace unos cuantos años que mi familia transita por estos lugares, ya casi que mis hijos son una quinta generación”, cuenta Paola Pacheco, una de las puesteras históricas.

Durante más de seis décadas, los puesteros han habitado la región, dedicándose a la cría de chivos, vacas y caballos. Además, han preservado oficios artesanales transmitidos por sus padres, como el tejido al telar y el trenzado en cuero. Conocedores de cada rincón de la cordillera, realizan prácticas sostenibles y culturales como el pastoreo tradicional y la trashumancia.

“Lo que a mí me mantiene acá, además de querer esta vida, que es una vida que se comparte en familia, en un medio natural; es que esto significó el sacrificio de muchas personas atrás mío”, expresa Paola.

Por su parte, Pedro Salinas relata que su papá levantó el puesto donde ha vivido toda su vida. Allí decidió quedarse con sus hijos y ahora con sus nietos. “¿Qué puedo hacer si nos desalojan? Morirme de pena…”, expresa al referirse a las causas judiciales que enfrentan las familias puesteras con el Ejército Argentino.

En el departamento de San Carlos, los puesteros representan la cultura gauchesca. Es por esto que durante los últimos años, como forma de afrontar la crisis hídrica y por lo tanto productiva, algunas familias han desarrollado una actividad turística sustentable tendiente a respetar la integridad de los recursos culturales y naturales, no solo para obtener una utilidad económica, sino con el fin de constituir un recurso educativo que preserve y revalorice el patrimonio cultural y natural.

En este sentido, mediante la Resolución 5412/2024, los representantes del Honorable Concejo Deliberante declararon  al Campo Yaucha como patrimonio departamental, cultural, viviente, intangible y arqueológico.

La disputa por la posesión de la tierra: el conflicto histórico

Según algunas reconstrucciones históricas, en 1945 el Estado nacional le expropió las tierras de la Estancia Yaucha a Margarita Mosso de Cassale, quien las había adquirido mediante una subasta. En aquel año, la mayor parte del terreno fue destinado a maniobras militares, mientras que una fracción fue cedida al Consejo Agrario Argentino para un proyecto de colonización, previendo el otorgamiento de derechos de uso y vivienda a las familias que ya se emplazaban en el lugar.

En 1979, durante la última dictadura militar, el Consejo Agrario fue transferido al Ejército Argentino, que formalizó la escritura a su favor mediante un decreto. Con el regreso de la democracia, sin embargo, el Ejército abandonó el uso de las tierras aunque mantuvo su titularidad, y en 2014 emprendió litigios judiciales con los puesteros.

Aunque las causas en el Juzgado Federal están registradas únicamente a nombre de las familias históricas, algunos particulares afirman ser propietarios de estas tierras. Sobre este punto los habitantes locales señalan que no hay evidencia de otros dueños, pues consideran que deberían existir antecedentes previos al año 1945 que acrediten estas afirmaciones, como un título válido o la posesión concreta del terreno, dos requisitos fundamentales para reclamar la propiedad de un inmueble.

De acuerdo al testimonio de algunos pobladores, es ampliamente conocido en la comunidad que varias personas habrían adquirido derechos posesorios de individuos que, en algún momento, intentaron ocupar parte de los campos. Esta acción, no obstante, sería ilegal considerando que las tierras llevan años en disputa judicial.

Por esta razón, después de siete años del reconocimiento de los habitantes históricos, en 2024 el municipio decidió realizar el registro de las once familias puesteras para reconocer su derecho en el lugar y despejar dudas al respecto.

Vale remarcar que, como se mencionó anteriormente, en el juicio impulsado por el Ejército Argentino para la reivindicación y desalojo, varias familias ya enfrentan fallos en su contra, mientras que otras causas siguen avanzando. Ahora la defensa de los puesteros apelará la decisión del juez Pablo Quiróz, quien alegó que las tierras son y deben ser de uso público.

Los proyectos locales y provinciales en torno a la Estancia Yaucha

Tras el anuncio presidencial sobre la venta de parte de la Estancia Yaucha, diferentes sectores se manifestaron en contra de la medida que supone la pérdida de un patrimonio natural que es estratégico para la provincia de Mendoza.

A nivel local, los puesteros junto a organizaciones sociales, el Ejecutivo y el Concejo Deliberante vienen trabajando desde hace meses de manera articulada sobre diferentes estrategias y propuestas para proteger los bienes comunes y buscar una solución para el arraigo de las familias puesteras históricas de San Carl

os. En ese marco, en julio se conformó una Mesa de Diálogo con el fin de “defender la historia, el agua y la vida”.

“Lo que pedimos es alcanzar un acuerdo democrático con el municipio y el Ejército para obtener una forma legal que les permita a las familias vivir de manera ininterrumpida haciendo su actividad, que es ganadería extensiva y turismo con identidad”, expresa Damián Moreno de Crece desde el Pie, asociación de productores y trabajadores rurales en la que participan las familias campesinas.

En esa misma línea, como parte de las propuestas para resolver el conflicto, el intendente sancarlino Alejandro Morillas presentó ante el Ejército Argentino el “Proyecto de Desarrollo Integral del Campo General Alvarado – Estancia Yaucha”, que busca transformar estas tierras en un polo de turismo con naturaleza que incluya ecoturismo, turismo de aventura y turismo rural,  integrando la ganadería tradicional de los puesteros. Y en octubre, luego de los anuncios, le solicitó al presidente Javier Milei, a través de la Agencia de Administración de Bienes del Estado, que excluya a estos campos de la lista de inmuebles que el Gobierno nacional pretende vender en el país.

De manera semejante, en la provincia la diputada Gabriela Lizana, del Frente Renovador, propuso en la Legislatura declarar como Parque Provincial a la Estancia Yaucha. La propuesta, que surge de un anteproyecto elaborado por la Sociedad Rural del Oeste Argentino (SROA), plantea como objetivos principales proteger los ecosistemas y preservar los recursos hídricos. Asimismo, pretende promover el turismo respetando el patrimonio de Mendoza, sostener las actividades históricas del Ejército Argentino y, al mismo tiempo, proteger a los puesteros y arrendatarios.

“Para mí es importante que apoyemos esta iniciativa porque pone en valor al terreno y pretende hacer de él un uso vinculado a la inclusión de Pymes, en una articulación público-privada; resalta el arraigo y el desarrollo productivo sostenible”, dice la Lizana sobre este proyecto que incluye la creación de fideicomiso integrado por representantes del Estado, entidades académicas, organizaciones ambientalistas, empresas del sector privado y asociaciones civiles de la zona.

 

 

Por Fabian