Jueves, 28 de noviembre de 2024
Mientras se conocieron las filmaciones de las asambleas con críticas a Pablo Moyano, el número 3 del gremio, Marcelo Aparicio, admitió que el reclamo hecho a Jorge Macri “no existe en la ley” y calificó a los rebeldes como “un grupito que se manejó de manera errónea”
El clima está caldeado en el Sindicato de Camioneros. No sólo por el recrudecimiento de la pelea entre Hugo Moyano y su hijo Pablo sino también por las tumultuosas asambleas que este lunes y martes hicieron en algunas empresas los trabajadores de recolección de residuos de la ciudad de Buenos Aires para protestar, entre gritos e insultos, por el acuerdo entre el gremio y el gobierno de Jorge Macri por el cual no se pagarán indemnizaciones a los 6.000 empleados de la actividad.
En los videos que circulan, que corresponden a lo sucedido en la empresa Cliba, hay ataques verbales contra Pablo Moyano (”Pablito traidor”, dice un trabajador mirando a la cámara) y agitadas discusiones en una asamblea espontánea que promovieron los empleados: “No arrugamos. Nos chupa la pija el sindicato”, advierte uno de ellos a un delegado de Camioneros. “¿Vos me asegurás que en 2028 nos van a pagar? ¡Qué nos van a pagar!”, le dice otro en referencia al reclamo de que se paguen indemnizaciones a los trabajadores de las empresas de recolección de residuos de CABA. “Que baje porque los compañeros no le creen”, exige alguien aludiendo a un alto dirigente del sindicato.
Como anticipó el periodista, lo que hizo estallar a los trabajadores de las 6 empresas que brindan el servicio en la ciudad de Buenos Aires es el acuerdo entre Hugo Moyano y el gobierno porteño que no contempla la aplicación de “Ley Moyano”, como le dicen coloquialmente a esa norma no escrita por la cual Camioneros viene logrando desde 1998 que cada vez una empresa gana una concesión de servicios o cambie de accionistas, despida al personal, lo indemnice y lo vuelva a contratar.
El problema, según fuentes sindicales y empresariales, fue que a los delegados recién les confirmaron esta semana a los trabajadores del sector sobre el acuerdo, alcanzado el 5 de octubre pasado, por el cual no se pagarán las indemnizaciones, pero sí una compensación para los empleados próximos a jubilarse y a quienes arrastran algún problema de salud desde la pandemia y no pudieron seguir cumpliendo sus tareas. En el combo se incluyó la firma de un acta que le pondrá un cierre al conflicto por la anulación de la preadjudicación del sistema de acarreo que decidió Jorge Macri en julio pasado y que desató una batalla con el gremio, que incluyó la paralización de la recolección de basura.
“Hubo un problema de comunicación del gremio con la gente, pero se abrió un conflicto inédito porque muchos trabajadores ya habían gastado a cuenta pensando en la indemnización que les correspondía”, dijo a Infobae un dirigente al tanto de la interna de Camioneros.
El malestar salpicó a Pablo Moyano porque fue el dirigente que en junio pasado, fiel a su estilo confrontativo, advirtió públicamente: “En octubre, cuando se termine el contrato de la recolección, las empresas de la ciudad de Buenos Aires van a tener que pagar la indemnización”.
Luego de que Mauricio Macri acatara por primera vez esa “ley” cuando fue jefe de Gobierno porteño y Horacio Rodríguez Larreta hiciera lo mismo durante su gestión, Jorge Macri mantuvo su negativa a pagar esas indemnizaciones, esta vez con el argumento jurídico de que los contratos fueron prorrogados en 2020 por cuatro años. Es decir, vencerán recién el 30 de septiembre de 2028.
Cerca de la fecha del supuesto vencimiento, Hugo Moyano apartó a su hijo Pablo y negoció personalmente con Clara Muzzio, vicejefa de gobierno porteño, con quien terminó acordando el 5 de octubre pasado que no se pagaría la indemnización y, a cambio, se negociarían compensaciones para quienes estén cercanos a la jubilación y con problemas de salud, además del cierre para el conflicto por el acarreo: esos empleados mantendrán su status laboral, en relación de dependencia y con el mismo convenio de Camioneros, y se discutirán otros beneficios, como pedidos de uniformes y el compromiso de que no les quitarán tareas si se incorporan grúas nuevas, además de contemplar los puntos que pide el gremio cuando se llame a una nueva licitación.
La inédita muestra de rebeldía de las bases del moyanismo en la rama de recolección de residuos, uno de sus puntos fuerte, obligó a que el número 3 del sindicato, Marcelo Aparicio, difundiera este miércoles en las redes un extenso video para explicarles la situación a los trabajadores. Allí calificó de “privilegio” que se aplicara la “Ley Moyano” a los que se desempeñan en la ciudad de Buenos Aires y reconoció que ese “beneficio que ha otorgado la organización gremial no existe en la ley”, pese a lo cual permitió hasta ahora “cobrar las indemnizaciones y mantener la antigüedad correspondiente”.
“Hay un mérito muy grande (del sindicato) que no es reconocido ni valorado por algunos trabajadores que son minúsculos”, afirmó el sindicalista, que admitió que aceptaron la prórroga de los contratos de recolección de residuos: “No pusimos ningún tipo de objeción porque sabemos que era una continuidad laboral. (…) Vimos que era la mejor alternativa y por eso no nos opusimos a que esto se extienda hasta el 2028. Entonces, lo que se garantizó primero es la continuidad laboral (…) Se extendió la la cantidad de años y todo el mundo lo conocía y lo tenía más que en claro”.
Aparicio también reconoció que en las negociaciones con el gobierno porteño, “como hacemos siempre, hasta cuando vamos a paritarias, pedimos cosas de más para tratar de cerrar” y pidió “a todos aquellos compañeros que entendieron mal que entiendan que las cosas siempre se hacen a beneficio de los trabajadores y no en perjuicio de los trabajadores”. Y agregó: “Vamos a seguir luchando hasta que consigamos el objetivo, pero llamo a la reflexión para que entiendan que nada se hizo en perjuicio, sino que primero se cuidó la continuidad de trabajo de todos los compañeros”.
“Esto es lo que se hizo: tener más tiempo para que tenga más contrato de trabajo la gente -dijo-. Hoy tienen un trabajo en un país que están echando todos los días cantidades impresionantes de trabajadores. Nunca nos olvidamos de quiénes somos. Que tengan la tranquilidad de que esta organización no va a cambiar por más que alguien critique, difame o diga que algo está mal”.
Enseguida, Aparicio agradeció “a todos esos compañeros que siguen creyendo en esta organización, porque ahí en Cliba no son todos los compañeros, es un grupito que se manejó de una manera errónea y el resto de los trabajadores está trabajando como lo hicieron siempre”.
Mientras circulaba el video de Aparicio, en las redes empezaron a difundirse filmaciones de delegados y trabajadores de otras empresas del sector, sobre todo bonaerenses, que apoyaron enfáticamente a los Moyano, en una suerte de campaña interna para contrarrestar la reacción de los rebeldes.