CÓRDOBA.- Corto, pero muy intenso. Así fue el temporal que este miércoles a la mañana azotó a Ordóñez, un pueblo del sur cordobés, en el departamento Unión. La tormenta –catalogada como “cola de tornado” por el intendente– se registró con fuertes vientos y una precipitación estimada en 60 milímetros. Por la intensidad de las ráfagas fueron evacuados estudiantes de las escuelas primaria y secundaria de la localidad. El gobierno provincial ya declaró la situación como “zona de catástrofe”. De ese modo, activó el fondo de atención.
El temporal duró alrededor de 20 minutos, pero, según el intendente Pablo Ladrón de Guevara, “hizo un desastre en muy poco tiempo”. El viento se llevó cuatro tinglados, techos de viviendas y varios postes de alumbrado. Hubo cortes de energía eléctrica. El mandatario calificó el evento meteorológico como “cola de tornado” y planteó que ya está en marcha la evaluación de los daños. Hasta el momento, no hubo víctimas ni evacuados.
El temporal se produjo en el contexto de una alerta naranja emitida por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN). El organismo había anunciado que las tormentas impactarían con mayor fuerza en el noreste cordobés y en el sureste de Santiago del Estero.
El gobierno provincial confirmó que enviará una asistencia inmediata de $2.000.000 al municipio, módulos alimentarios y chapas para que la localidad pueda ir recuperando la infraestructura dañada. Los equipos técnicos de la Secretaría General de Desarrollo Social y la intendencia evaluarán la situación. Ordoñez está a unos 260 kilómetros de la capital cordobesa.
Hace tres días fue Coronel Moldes la localidad que sufrió una tormenta que dejó como saldo caída de postes y árboles. En esa oportunidad llovieron 22 milímetros y también hubo fuertes vientos.
En el último mes, el peor episodio se registró en La Playosa, donde hubo dos chicos internados y grandes destrozos por los fuertes vientos. Igual que en estos últimos días, después del calor intenso, el tiempo cambió rotundamente y empezó a llover con vientos de hasta 130 kilómetros por hora.
El intendente Franco Villar señaló que hubo 15 viviendas afectadas, dos de ellas con daños totales. Además, se voló el techo de una distribuidora de alimentos. Varios vehículos quedaron dados vuelta y otros con la marca de agua hasta más de la mitad de sus ruedas. Las calles quedaron repletas de barro, por lo que circular resultó imposible. Por el desastre debieron suspenderse las clases este lunes y la actividad en la municipalidad.