Sabado, 17 agosto 2024
El piloto y periodista argentino, aterrizó este sábado por la madrugada con un vuelo de INCUCAI y mostró en un video cómo los médicos deben caminar por la pista con las valijas que trasladan las herramientas y las conservadoras con los órganos
El periodista y piloto comercial argentino, Antonio Laje volvió a Rosario y reclamó nuevamente al aeropuerto de Rosario en un nuevo aterrizaje en la ciudad. Se trata de un vuelo de INCUCAI (Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante) que aterrizó en la madrugada de sábado con médicos y órganos que seguramente serán utilizados para trasplantar a una persona.
«Llegamos a Rosario con un vuelo de INCUCAI. Los médicos con las valijas; con el instrumental; con la heladera para el órgano…», dice en el principio del audio. «Por suerte no llueve», agregó después de unos segundos, haciendo énfasis en la falta de las mangas que ayudan al traslado de los pasajeros para el ingreso y egreso dentro del avión.
«¡Hoy nos dejaron más cerca! ¡Bien por Rosario! Falta un paso más. Deberían dejar ingresar la ambulancia hasta el avión para hacer el operativo más rápido y cómodo para los médicos», escribió en el posteo el periodista.
Vale remarcar que según trascendió, los envíos, o búsquedas, de órganos urgentes desde un punto a otro del país se llevan a cabo —en su mayoría—, a través de gestiones comerciales con aerolíneas privadas, que no dependen exclusivamente del ente estatal.
De esta manera, comandados por pilotos ajenos al sistema de salud público, aunque con gran experiencia en la aviación profesional, los vuelos son coordinados por el INCUCAI y ejecutados por diversas compañías aéreas. En este caso, Laje citó a la aerolínea Air Rosario.
No es la primera vez que Antonio Laje se muestra en redes sociales de esta manera. Hace unas semanas publicó su enojo por una mala experiencia que le tocó vivir en el aeropuerto de Rosario.
Es que, pese a que toda la plataforma de arribos estaba vacía, el conductor tuvo que dejar el avión muy lejos y los pasajeros tuvieron que caminar por la pista con sus respectivos equipajes porque no había colectivo para trasladarlos ni carrito para las maletas.