• 15 de diciembre de 2024 12:28

Tu aliado diario...

"La plataforma que redefine cómo te informas y te entretienes. Bienvenido al futuro del streaming."

Carina Kaplan: «La escuela debe ser un refugio emocional para las infancias»

Jun 15, 2024

Sabado, 15 junio 2024

La pedagoga lanza un nuevo libro por Homo Sapiens Ediciones y en julio estará en Rosario en un encuentro de preceptores.

Carina Kaplan: La escuela debe ser un refugio emocional para las infancias

Como profesora universitaria, la pedagoga Carina Kaplan tiene entre sus estudiantes a docentes que dan clases en escuelas de contextos vulnerablesEducadores precarizados y alumnos rotos que necesitan de una escuela que sea capaz de reparar las heridas emocionales. “ Los efectos sociales de la pandemia persisten, lo que se evidencia es un sufrimiento profundo por parte de las infancias y la juventudes, y la necesidad de un espacio en las instituciones para procesar este dolor social”, dice la educadora, una de las pedagogas más destacadas del país. En los próximos días la editorial rosarina Homo Sapiens publicará su nuevo libro y a principios de julio estará en Rosario en un encuentro nacional de preceptores.

Titular de la cátedra de sociología de la educación de las universidades de Buenos Aires y de La Plata, Kaplan cuenta a periodistas que el libro «La escuela como refugio»—que la tiene como coordinadora— se dio en el marco del Programa de Investigación sobre Transformaciones Sociales, Subjetividad y Procesos Educativos, del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Educación de la UBA. “Intentamos girar en torno a la idea de una escuela que pueda operar como soporte simbólico y amarra subjetiva que repara heridas sociales”, dice Kaplan.

Así, los textos reunidos en el libro son resultado del proceso de investigación de un equipo que posiciona a la escuela como refugio para las infancias y las juventudes. “La pregunta —anticipa el libro— se centra en cómo estructurar culturas afectivas institucionales y de aula que permitan simbolizar escenas dolorosas y reparar las heridas emocionales que marcan la experiencia escolar”.

Entonces surge la pregunta de cómo, desde la micropolítica del cotidiano escolar, se construyen vínculos de respeto y qué implica la premisa de ponerse en el lugar del otro. “Con Noemí Aizencang trabajamos sobre dos sentimientos clave, como son la empatía y la compasión, pero desde una perspectiva crítica, no desde la mirada de la autoayuda”, aclara la investigadora. Una concepción que marca distancia de una postura caritativa de la empatía o vinculada a la lástima.

—¿Cómo se enlaza esa búsqueda de la escuela por la empatía y la compasión en tiempos donde, como dice Martín Kohan, la crueldad está de moda?

—Siguiendo la línea de lo que dice Kohan, que tiene que ver con un sentimiento de época, lo que hay que ver es qué lugar ocupa la escuela frente a esto. Hay que ser muy cuidadoso porque no se trata de autoayuda, que es desde donde a veces se trabaja la empatía. En las redes sociales aparece mucho la idea de la empatía como el ponerse en el lugar del otro o un mero «tenerlo en cuenta«. Nosotros decimos que conmoverse por el problema del otro refiere a una posición subjetiva que involucra un compromiso mutuo y que la afectación recíproca produce un sentimiento compartido . Así entendida, la empatía resulta la capacidad de posicionarse en la situación del otro, más precisamente de comprender los procesos emocionales del otro, la capacidad de entablar este una ciudadanía más sensible.

—Al marcar que no es la empatía entendida desde la autoayuda hay una disputa por el sentido.

—Lo que pasa con estas temáticas es que uno usa términos y palabras que otros también utilizan, pero desde otra posición. Lo que me interesa es cómo ganar territorio con las palabras y darle otro significado. Por eso la reflexión de Martín Kohan es interesante, pero la pregunta es cómo hacer contrapeso frente a la crueldad.

—Hace unos años decías que la escuela iba a ser un sitio donde reparar las heridas sociales de la pandemia. ¿Qué sedimentó de esa experiencia?

—En primer lugar, los efectos sociopsíquicos de la pandemia persisten y lo que se evidencia es un sufrimiento profundo por parte de las infancias y la juventudes. Y la necesidad de un espacio en las instituciones para procesar este dolor social. Los docentes con los que hablo refieren a las marcas de la desigualdad y del sufrimiento social por diversas condiciones de esta fragilidad humana. Entonces el vínculo que se produce en la escuela puede ser fortalecedor, porque esos docentes de niños muy fragilizados se preguntan si su propia intervención puede dejar huellas y transformar las vidas de esos chicos. Por eso digo que la escuela para muchos estudiantes es casi el último espacio en donde encuentran una experiencia de reconocimiento, respeto y reivindicación de sus emociones. Donde también hay una lucha cotidiana por una vida más digna. Y eso genera angustia en los docentes, porque se preguntan por el sentido de su trabajo y si vale la pena el compromiso cotidiano. Trabajar con el dolor social hace que uno esté conmovido, por eso también hay que educar la mirada sobre las infancias y las juventudes, comprender qué significa el sufrimiento social, pero además generar herramientas subjetivas para abordarlo en las escuelas. Este creo que es uno de los desafíos de época. Un niño que sufre no puede aprender, entonces cómo hacer para que la escuela al menos no sume más dolor del que ya traen por sus marcas de infancia y de la desigualdad.

La propuesta está destinada a quienes trabajen con las infancias.

La propuesta está destinada a quienes trabajen con las infancias.

Kaplan, con preceptores en Rosario

El próximo sábado 6 de julio Carina Kaplan estará en Rosario, como conferencista central del II Encuentro Nacional de Preceptores, organizado por la Fundación Pedagogía en Foco y la Unidad de Gestión de Proyectos Estratégicos (UGPE) de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). “La dimensión emocional y la afectividad en la escuela” será el eje de la charla de Kaplan. Además habrá trabajos en comisiones sobre los desafíos del rol del preceptor, con un abordaje desde la afectividad.

—¿Qué rol le cabe, en este giro afectivo desde la escuela, a los preceptores?

Me parecen centrales todas las figuras que operen como territorio simbólico de la escucha, de la posibilidad de intervenir sobre las dinámicas conflictivas en los grupos. Creo que a veces nos olvidamos, sobre todo en la escuela secundaria, que estamos frente a grupos humanos con dinámicas de conflictividad que en ocasiones devienen en violencias. Ahí la figura de los preceptores es clave, porque hemos transformado esa mirada del preceptor controlador o burocrático hacia una figura pedagógica, que tiene que ver con el acompañamiento de las trayectorias y con esa capacidad que pueden tener en operar como sostén emocional de los estudiantesSon quienes a veces más conocen a cada alumno en su singularidad, en sus condiciones de vida, en su experiencia social. La figura del preceptor es central para la tramitación del sufrimiento. A veces una palabra del preceptor puede hacer la diferencia entre que un chico continúe o no en la escuela. También producir cierto sentido al esfuerzo que implica habitar la escuela.

El II Encuentro Nacional de Preceptores se desarrollará de 8 a 13 en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNR, de Oroño al 1200. La actividad es arancelada, se entregan certificados (según decreto 3029) y está dirigida a toda la comunidad educativa y a aquellos interesados en ejercer el rol. Informes en [email protected], WhatsApp 3413820826

Por Fabian