Sábado, 03 de Febrero 2024
El jefe de Gabinete, Nicolás Posse, va ocupando diariamente mayores cuotas de poder dentro de la gestión del presidente Javier Milei. La influencia y los colaboradores del «Monje Negro» libertario.
“Es una mezcla entre Marcos Peña y Mario Quintana, forma parte del grupo de confianza del presidente y está totalmente abocado a la gestión con un poder que crece diariamente”, así define al jefe de Gabinete, Nicolás Posse, una fuente oficial que tiene terminal en el PRO y fue funcionario en la gestión de Mauricio Macri. La mayoría de los voceros consultados indican que nunca un ocupante de la Jefatura de Gabinete acumuló tanto poder desde la creación del cargo en la reforma constitucional de 1994.
El ingeniero egresado en el ITBA hace su debut en el puesto más sensible del Poder Ejecutivo sin ninguna experiencia, pero con un gran activo: tiene la confianza absoluta del presidente Javier Milei y su hermana Karina. Su creciente gravitación en el particular proceso de toma de decisiones del oficialismo ya genera tensiones y ruido dentro y fuera de la administración libertaria. Quienes frecuentan a Posse sostienen que cultiva el bajo perfil con obsesión, no muestra interés por la política, pero es un apasionado de la gestión. “Nicolás se maneja como un verdadero monje negro, el problema es que mientras crece su influencia se va empapando con el manejo de los asuntos públicos. Tiene el perfil de un CEO que sólo rinde cuentas al único accionista que es Javier”, revela una fuente libertaria.
El vínculo con Milei es muy fluido desde que se conocieron en la Corporación América de Eduardo Eurnekian, donde se lo conocía como “Cholito” por tener el mismo apellido de un extremo derecho que fue figura en el Vélez Sarsfield de Carlos Bianchi. Prácticamente fue uno de los primeros en incorporarse, obviamente junto a Karina, en la aventura política que inició el jefe de Estado luego de la cuarentena. Esa relación le da un status privilegiado sobre el resto de los ministros y funcionarios.
En poco tiempo entendieron que “Posse es Milei” y aquellos que dudaban tibiamente lo asumieron luego de la salida de Guillermo Ferraro del Ministerio de Infraestructura. El funcionario más poderoso tuvo roces con el exejecutivo de KPMG por el control de las empresas públicas que dependen de esa cartera. Conclusión: fue echado a través de los medios y las redes sociales, aunque aún no presentó su renuncia oficial. Si bien se anunció que el área de Ferraro pasaría al Ministerio de Economía, voceros gubernamentales indican que a Luis Caputo no le interesan mucho esas secretarías y se descarta que van a estar bajo el radar del jefe de Gabinete.
“Se lo cargó Posse. No se trató de un castigo por haber difundido información sensible de una reunión de gabinete hace dos jueves. En ese encuentro, por la cantidad de funcionarios, el presidente utilizó el micrófono para alentar a la tropa. Escucharon lo que dijo hasta los asesores que esperaban afuera del salón. Las filtraciones eran realmente inevitables frente a una multitud”, cuenta con lujo de detalles un funcionario de segunda línea.
De todas formas, la mayoría de las fuentes consultadas no quieren profundizar muchas cuestiones sobre la cotidianeidad en la Jefatura de Gabinete por temor a caer en desgracia. Igual ha comenzado a trascender que el misterioso ingeniero se va a poner bajo su competencia áreas sensibles que venía manejando Ferraro, como Comunicaciones y Conectividad. A su vez, en la edición de ayer del Boletín Oficial se oficializó el traspaso de los medios de comunicación públicos a la Jefatura de Gabinete, estructuras que estaban bajo la órbita del Secretario de Prensa y Comunicación, Eduardo Serenellini, cada vez más devaluado.
Los alfiles de Posse
Posse ha conformado su equipo con técnicos provenientes del Grupo América y de las recientes gestiones del PRO, tanto a nivel de CABA, como nacional. Ahí aparecen el brigadier Jorge Antelo, el “ministro de Defensa en las sombras” que diseñó la integración de las nuevas cúpulas de las Fuerzas Armadas y de Seguridad. El oficial retirado de la Fuerza Aérea ocupa la Secretaría de Estrategia Nacional desde donde se intenta impulsar la creación de un organismo parecido a la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos.
La NSA es un organismo que depende del jefe de la Casa Blanca y coordina cuestiones estratégicas y de política exterior, conformado además por el vicepresidente y los titulares del Departamento de Estado y el Pentágono. Tal como lo adelantamos en MDZ, esa idea se viene analizando en los contactos que viene manteniendo el ingeniero egresado del Saint Brendan con funcionarios de los Estados Unidos. Precisamente, esta semana encabezó una visita a Washington y a Miami.
Lo acompañó otra figura ascendente como el jefe de la Agencia Federal de Inteligencia, Silvestre Sívori. Este joven abogado administrativista formó parte de la gestión de Guillermo Dietrich en Transporte. Es el primer titular de la AFI que depende directamente de la Jefatura de Gabinete. Sívori y su jefe visitaron el emblemático edificio de Langley (Virginia) para entrevistarse con el director de la CIA, William Bunrs. También se reunieron con el número dos del Comando Sur con sede en La Florida.
De acuerdo a fuentes confiables, Antelo maneja todo lo relacionado con Defensa, Seguridad e Inteligencia. Sívori reporta al jefe de Gabinete y especialmente a este misterioso brigadier quien influyó además en el desembarco de militares retirados en la AFI. El área de contrainteligencia, lugar que ocupara durante décadas Jaime Stiuso, quedó a cargo de un coronel de esa especialidad de la promoción 113 del Colegio Militar. La influencia del brigadier llegó también a las Fuerzas Armadas ya que el ministro Luis Petri decidió alinearse con Posse, abandonando su alianza estratégica con Patricia Bullrich, pese a que la ministra de Seguridad mucho tuvo que ver con la llegada del mendocino a esa cartera.
Probablemente el funcionario más estratégico del entorno de Posse sea el secretario ejecutivo de Gobierno, José Rolandi, virtual número dos de la Jefatura de Gabinete. Es ingeniero recibido en el ITBA en 2002. Luego, estudió en la Universidad Di Tella y en la Universidad San Andrés distintas especializaciones vinculadas a la banca digital y negocios digitales. Trabajó tres años en la Corporación América, de Eurnekian, donde también conoció al jefe de Gabinete, en proyectos vinculados a parques eólicos en Uruguay y el desarrollo de un corredor que uniera los océanos Pacífico y Atlántico.
“Cochi”, como lo conocen en su San Isidro natal, llegó a militar unos años en el partido Recrear que lideraba hace dos décadas Ricardo López Murphy. Aún conserva contactos de esa época. Más adelante, se fue al sector Oil & Gas. En la compañía de combustibles CGC trabajó como gerente comercial encargado entre otras cosas de la comercialización de crudo, gas natural y GLP. Por eso también fue designado como director titular de YPF.
Otro nombre para poner en el radar es Mauricio González Botto, exejecutivo del Banco Itaú y cercano al grupo Eurnekian. Fue nombrado secretario de Empresas y Sociedades del Estado. Rojo maneja el organigrama de todas las empresas públicas. Tras sus primeras armas en Telecom y el estudio de abogados J. P. O’Farrell, ingresó con el larretismo al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en 2016 donde fue subgerente operativo de la Subgerencia Operativa Actividades en Espacio Público hasta 2017. De ahí, pasó directo al Gobierno nacional de Mauricio Macri, formando parte del ministerio de Producción y Trabajo, llegando en 2019 a ser director de Proyectos de Inversión Productiva.
Pese a no depender orgánicamente de Gabinete, el titular de la estratégica Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia, Javier Herrera Bravo también reporta al hombre fuerte de Milei. Experto en Derecho Público, acompañó en esa área a Pablo Clusellas durante la administración de Macri. Este funcionario debe consultar con Posse antes de redactar cualquier decreto, sobre todo cuando se trata de designaciones de funcionarios.
Además, el jefe de Gabinete tiene un rol clave junto a Santiago Caputo: son la antítesis de lo que representaban Marcos Peña y Jaime Durán Barba en la gestión de Mauricio Macri. Mientras los excolaboradores del líder de un PRO desdibujado tuvieron enorme influencia para implementar un manejo culposo desde el arranque del Gobierno de Cambiemos, Posse y el estratega comunicacional lideran el ala dura e intransigente de la actual administración. Detestan el famoso teorema de Baglini y hacen hincapié en el slogan “Javier versus la casta y el caos”.