Sabado, 02 septiembre 2023
Varios referentes confirmaron que la vicepresidenta podría sumarse a la campaña presidencial de Unión por la Patria «cuando sea conveniente». Muchos de sus fieles seguidores sostienen que sin ella no hay chance de ingresar al balotaje y se quejan de que «los Galmarini monopolizan todo».
La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner aparecerá, por lo menos una vez, en la campaña presidencial de Sergio Massa. Eso se lo dejó bien en claro a dos personas con las que habló esta semana en la que los alentó a no bajar los brazos pero, a la vez, les puntualizó sus dudas sobre el resultado final.
“Todavía no sé si sumo o no. Pero si tengo que entrar en la campaña, creo que debe ser faltando poco para el final”, fue la reconstrucción que pudo hacer MDZ de la conversación que dos importantes dirigentes provinciales tuvieron con la vicepresidenta. Sus más fieles seguidores creen que esto es «imprescindible» para recuperar algo de euforia y motivación en una militancia que quedó descolocada luego de que corrieran a Wado de Pedro.
Es que antes de que se dispusiera cambiar los protagonistas de las PASO entre el ministro de Interior y Daniel Scioli, ya habían sufrido dos postergaciones. La primera y fundamental, la declinación final de Cristina Presidenta y, luego, el corrimiento de Axel Kicillof tras el pedido que ella misma le hiciera.
Varios intendentes y funcionarios que la vieron esta semana se dieron cuenta que, además, es ella la que le sube o baja el pulgar a las decisiones que dice adoptar Sergio Massa con su impronta personal. En una mesa política en la que había varios legisladores del litoral, inclusive, uno dejó trascender que el ministro – candidato habló profundamente con Cristina Fernández de Kirchner sobre las conveniencias de hacer tal o cual campaña y hasta donde alcanzará con su optimismo e impronta.
Mientras tanto, Massa y sus principales operadores políticos empezaron a ser drásticos con respecto del rol que deben tener los gobernadores en esta nueva etapa de la carrera presidencial. Por eso, el próximo fin de semana, en Tucumán, habrá una primera foto familiar con todos los jefes provinciales que, en muchos casos, ni se dieron cuenta que hubo una PASO.
En el “búnker” de la calle Mitre al 300, lujoso como si fuera diseñado para otro país, ahora solo hay lugar para las decisiones que adoptan desde las entrañas del Frente Renovador. Wado De Pedro, corrido, Máximo Kirchner, ausente, y la mayoría de los intendentes sin siquiera pasar de visita son algunos síntomas de esta nueva realidad.
Más allá de las consideraciones personales y políticas que le formulan, Malena Galmarini es una verdadera fiera a la hora de defender los intereses de su esposo. La “máquina de calcular emociones” diseñada por su hermano Sebastián ayuda para observar con detenimiento cada dato del humor social. Su consultora analiza minuto a minuto los mensajes de una población ávida de soluciones y marcada por la incertidumbre.
“Lo que falta es una estrategia…Los datos abundan, hasta sobreabundan, y en estos momentos no sirve tener tantas hipótesis en la mesa”, reflexionó uno de los tantos analistas que trabajan diariamente para el massismo.
Antoni Gutiérrez Rubí, el consultor en jefe, parece haber perdido el respeto de muchos de la mesa chica y de la más amplia también. Su palabra no es un dogma como lo era hasta hace algunos meses. No funcionaron ninguna de sus sugerencias, desde el slogan de campaña, por el cual debió aceptar sugerencias e imposiciones, hasta el sistema de vocería.
“Sergio lo único que hoy tiene como activo es que es un tipo que para todas las bombas, pero una vez que se pasa a otro tema, aparece como responsable de la actual situación económica, que no puede parar la inflación… Y para peor, la boleta, con todo el kirchnerismo adentro, le quita frescura y le impide vender futuro”, confió otro importante operador.
En algunos casos, los intendentes cambian frustración por cansancio. El optimismo duró una semana, la primera en la que se decidió por Massa presidente. Luego, todo el magnetismo se diluyó. “No nos consulta nada… Ni siquiera cuando lo que él propone afecta nuestros intereses”, dijeron tres de los jefes comunales que esta semana volvieron a ver los números de sus distritos con mucha preocupación.
Máximo Kirchner, cuando proponía que Axel Kicillof fuera candidato presidencial, lo hacía con un claro sentido táctico y estratégico, a pesar que luego impregnara más en su postura su deseo de sacarlo del sillón de Dardo Rocha y achicarle las alas que hoy tiene por haber sido el único sobreviviente del desastre electoral.
Desde un principio, el hijo de los dos presidentes, al igual que la vicepresidenta, sostienen que el candidato presidencial influye, y mucho, en el destino final del gobernador. “Eso ahora también lo incomoda a Axel», reconoció un intendente con el que habló. Hace tres meses había alertado, en Moreno, que el gobernador había confesado que se podía perder la elección. Eso sigue latente.