Miercoles, 19 julio 2023
En los centros de salud municipales priorizan estos insumos para niños, embarazadas y quienes demandan controles intensivos
En cualquier farmacia, las cajas de 25 tiras reactivas para medir el azúcar en sangre cuestan entre 9 y 15 mil pesos. Las cajas de insulina cuestan entre 20 y 200 mil pesos, según la marca y la forma de administración.
Problemas con las últimas licitaciones del Ministerio de Salud de la provincia dejaron sin la provisión habitual de insumos para el tratamiento de diabetes a quienes se atienden en los centros de salud que dependen del municipio. Asociaciones que trabajan por los derechos de quienes conviven con esta enfermedad advirtieron que cada vez más pacientes se acercan a pedir insulina o tiras reactivas para medir el azúcar en sangre ante la carencia de esos insumos en los consultorios públicos. Desde la Secretaría de Salud del municipio aseguran que se están entregando insulina a los pacientes de acuerdo a un criterio de priorización, según la complejidad del caso.
«La falta de insumos para los tratamientos de personas con diabetes es un problema crónico, pero en los últimos meses está cada vez peor», coincidieron en señalar dos profesionales que trabajan hace años en centros de salud barriales y pidieron reserva de sus identidades. Como consecuencia, sumaron, los pacientes tienen que ir varias veces hasta conseguir los fármacos que les recetan o directamente son derivados a los hospitales.
En cualquier farmacia, las cajas de 25 tiras reactivas para medir el azúcar en sangre cuestan entre 9 y 15 mil pesos. Las cajas de insulina cuestan entre 20 y 200 mil pesos, según la marca y la forma de administración, un presupuesto lejos de los bolsillos de las personas que se atienden en los centros de salud de la ciudad.
Un tratamiento fundamental
Los tratamientos con insulina son fundamentales para las personas que tienen diabetes tipo 1 o 2. El fármaco reemplaza la hormona que se produce de forma natural y tiene como función controlar los niveles de azúcar en la sangre. De esta forma, ayuda a prevenir las complicaciones propias de la enfermedad.
«Para una persona diabética, es importantísimo conocer cuál es su nivel de azúcar en sangre cuando empieza el día, para saber cuál es el valor de la insulina que se tiene que inyectar. Este autocontrol es fundamental para no tener complicaciones, sobre todo en el caso de los niños», explica Claudia Muller, presidenta de la Asociación Regional de Ayuda a las Personas con Diabetes (Fradi).
La entidad pertenece a la Asociación Argentina de Diabetes y trabaja defendiendo los derechos de las personas que conviven con la enfermedad. Entre otras actividades, sostienen talleres para niños, adolescentes y adultos, y facilitan la consulta con endocrinólogos, nutricionistas o psicólogos. En los últimos meses, advierten, además creció «en forma exponencial» la cantidad de personas que se acercan a pedir tiras reactivas e insulina.
La entidad tiene unos 900 socios, la mayoría sin obra social o cobertura de salud. «Son los grupos más vulnerables y a los que más les cuesta sostener los tratamientos», advierten.
Muller destaca que desde hace tres décadas llevan adelante campañas de detección y sensibilización sobre diabetes. «Nuestra misión fundamental es la educación, pero en el último tiempo tenemos cada vez más pedidos de asistencia», afirma y explica que como la entidad no recibe más que donaciones de laboratorios o ayudas solidarias, se encuentra muy limitada en su posibilidad de ayudar. «Cuando tenemos biosensores, tiras o insulina, las entregamos. Pero desgraciadamente muchas veces no contamos con estas cosas», admite.
La referente de Fradi asegura que no es la primera vez que en los centros de salud pública de la ciudad no se consiguen estos vitales insumos, pero señala que en los últimos meses el problema se hizo más crítico, sobre todo con los reactivos para medir el azúcar.
«Hay varias marcas de aparatos y tiras reactivas. En los hospitales suelen entregar dos: las de los laboratorios Roche y las de Abbott. Pero últimamente pasa que tienen sólo una de estas marcas y al paciente no le sirve porque no funcionan en el aparato que usan para medirse la glucosa», explican.
Trabas administrativas
Desde la Secretaría de Salud del municipio reconocieron que existen dificultades en la provisión tanto de tiras reactivas como de insulina. Fuentes del área indicaron que desde noviembre pasado el Ministerio de Salud de la provincia no está abasteciendo de reactivos a los centros de salud que dependen de la Municipalidad.
Unos meses después, desde mayo, también se discontinuó la entrega de insulina.
Si bien el municipio empezó a adquirir estos insumos con su propio presupuesto, desde varios centros de salud indicaron que se entregan bajo un criterio de priorización de pacientes: a los menores de edad, a las mujeres embarazadas y a quienes necesitan controles intensivos de acuerdo a la complejidad del caso. La decisión no siempre es fácil ni mucho menos simpática.
Consultados por La Capital, desde el Ministerio de Salud de la provincia explicaron que existieron problemas con licitaciones para la compra de estos insumos. La última convocatoria lanzada para comprar insulina, por ejemplo, no tuvo oferentes.
«Eso generó inconvenientes, tuvimos que volver a armar la licitación y estimamos que el problema estará resuelto en tres meses, por eso avisamos al municipio que no íbamos a entregar insulina NPH durante junio, julio y agosto. Después retomaremos la provisión», explicaron.