Martes, 13 junio 2023
El lugar del entierro estaba lleno de esqueletos decapitados con cráneos colocados entre las piernas. Arqueólogos explicaron que era una práctica común en la región durante el siglo XIX para eliminar la «maldición del vampiro». Los detalles
Los restos de unas 450 personas fueron descubiertos en una tumba en el municipio rural de Luzino, en la región polaca de Pomerania Occidental. El hallazgo se produjo durante obras viales en el lugar.
Los arqueólogos que realizaron las excavaciones confirmaron que algunos de los restos habían sido decapitados y las cabezas cortadas habían sido colocadas entre las piernas de los difuntos.
Según dio a conocer el medio polaco Nadmorski24, el arqueólogo Maciej Stromski explicó que se trata de «ejemplos de la creencia en los muertos que regresan de la tumba, que solo podrían detenerse mediante la decapitación. Se creía que si un miembro de la familia del difunto moría poco después del funeral, entonces él o ella podría ser un vampiro. Por lo tanto, después del entierro, se excavaba la tumba y se cortaba la cabeza del difunto, que luego se colocaba en las piernas».
El especialista agregó que en alrededor del 30 por ciento de las tumbas descubiertas, los investigadores también encontraron ladrillos colocados junto a las piernas, brazos y cabezas de los esqueletos.
Los registros de mitos sobre los muertos vivientes se remontan al siglo XI en Europa Central. La gente temía que algunos de los que estaban enterrados se abrieran camino de regreso a la superficie como monstruos chupadores de sangre y aterrorizaran a los vivos.
No es raro encontrar lugares de entierro en la región donde una barra de metal, o una estaca, ha sido martillada a través del cráneo del difunto. La gente en ese momento creía que esta era una forma de asegurarse de que la persona siguiera muerta.